A la batalla contra la contaminación que genera el tráfico rodado en una ciudad como Barcelona se sumó el coronavirus. La pandemia ha obligado a repensar el espacio público, obligando a cortar algunas calles para garantizar que se pueden cumplir las medidas de distanciamiento social.
Pero el transporte en una gran urbe es inevitable, por eso resulta tan necesario pensar formas alternativas a las contaminantes, y en esto la bici es un elemento capital. En esta línea, la alcaldesa Ada Colau ha anunciado que el Carrer de Aragó, una de las principales arterias de la ciudad en términos de volumen de tráfico, tendrá carril bici a partir de octubre entre la Avenida Meridiana y la Calle de Tarragona. Al de Aragó se sumará otro nuevo carril bici en el paseo de la Zona Franca, entre la plaza de Cerdà y la calle de Motors.
Hace unos meses, poco antes de la cuarentena, el Consistorio tomó la decisión de cerrar al tráfico esta gran avenida junto con otras tres un día al mes. La decisión dejó estampas memorables en una calzada tomada cada día por el ruido y los humos contaminantes.
En cuanto a los cortes al tráfico en favor del peatón, en Aragó se producirá tan solo un domingo al trimestre y en Carrer Gran de Gràcia, Rambla de Fabra i Puig y Rambla de l’Onze de Setembre, un fin de semana al mes. Por su parte, en Via Laietana, Sants-Creu Coberta, el Carrer de Pi i Margall y el Paseo de Sant Joan se seguirá cerrando el tráfico desde el sábado por la mañana hasta el domingo por la tarde de cada fin de semana (en Laietana será a partir de la tarde del sábado).