El cambio climático no solo es una realidad. Sus efectos son, además, inminentes y difícilmente reversibles. Un informe publicado ayer por la ONU advierte de la alerta roja en la que se encuentra la humanidad y los expertos firmantes de ese informe ratificaban un estudio publicado en 2019 en la revista científica PLoS One y llevado a cabo por expertos del Instituto Federal suizo de Tecnología de Zurich (ETH-Zurich, Suiza), que augura las temperaturas de 530 ciudades en 2050.
Una de las comparativas más llamativas es la que relaciona a Londres con Barcelona. Quizá la ciudad condal dejara de recibir al turista británico en masa cuando, en unos 30 años, Londres adquiera en verano la temperatura media de Barcelona. La capital británica pasaría de sus 23 grados de media actuales a los 29 grados que suele registrar la capital catalana.
Pero no solo se trata de un aumento de las temperaturas. El cambio climático también golpearía las ciudades costeras como Barcelona con una subida del nivel del mar que, según el citado informe, podría ser de un metro. La siguiente imagen es una recreación, firmada por Climate Central, del peor augurio. Barcelona quedaría así de sumergida ante una subida del mar según datos del Grupo Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (IPCC) o la revista científica Climate Atmospheric Science.
Hay quienes hablan de otros cambios que vendrán de la mano. Algo tan dado por hecho como el vino, que se cultiva en toda la península, empezaría a dejar de ser seña de identidad de estas tierras. Las altas temperaturas dificultarían su cultivo.
De Madrid, por ejemplo, decía el estudio que en 2050 las temperaturas serían similares a las que se producen actualmente en Marrakech (Marruecos). Dicho de otro modo: la temperatura media anual aumentará 2,1ªC; el mes mas cálido, 6,4ºC y el mes más frio 2,2ºC. Córdoba, por su parte, adquiriría una temperatura similar a la de Bagdad.