Corría el año 2015, cuando las impresoras 3D ya tenían algo de campo corrido, cuando Martí Guixé, uno de los más diseñadores internacionales más influyentes del food design, se propuso diseñar y imprimir, independientemente y sin ayuda, todos los componentes del Ex-Designer Project, una barra de bar con la única ayuda de una impresora 3D.
En colaboración con el arquitecto Pau Badia, ambos empezaron a llenar bar, una unidad comercial vacía con estructura mínima, que fue rediseñado y construido gradualmente a través de un proceso de casi cinco años, utilizando tres impresoras instaladas en el mismo local. Así, todos los componentes de la barra fueron impresos gradualmente: desde las baldosas en las paredes y el muebles hasta los utensilios más pequeños, como vasos de diferentes tipos, platos y cuchillería.
Ahora, casi nueve años después, pandemia de por medio, el Ex-Designer Project Bar bar podrá visitarse en el Museu del Disseny DHUB del 23 al 25 de junio.
Un bar entero construido por ordenador
El Dhub exhibe este proyecto monumental en su formato original, después de ensamblar las paredes y otros componentes diversos. El resultado es una instalación que mide 8.75 m x 3.56 my tiene 5.02 m de altura, cuyas partes componentes han sido impresas en 3D en tamaño completo con ácido poliláctico (PLA), un polímero biodegradable hecho de recursos 100% renovables, como el maíz o almidón de plantas.
Durante estos nueve años anteriores, este «bar» se usó como un bar normal donde se celebraron conciertos, presentaciones, charlas y otros eventos que fueron clave para su papel como laboratorio para experimentar sobre la posibilidad de impresión aditiva y la utopía de digital autónoma.
La exposición se complementará con las piezas originales de la barra (muebles, azulejos y vajilla, entre otros) y con una serie de imágenes del proceso de producción de barras y el proceso de desmontaje.