En tiempos en que los bares cierran, las librerías abren. La pandemia se desveló (y se sigue desvelando) caprichosa. Una de las últimas sorpresas en llegar se llama Fahrenheit 451, una librería que arrancó en La Barceloneta tras convertir su proyecto de librería itinerante en un local fijo muy cerca de la playa de Barcelona.
La aventura de estos dos libreros, Azra Ibrahimovic y Sergio Lledó, comenzó en Sitges, donde con un trasportín para caballos reconvertido en librería ambulante nutrían de literatura a una ciudad sin librerías. Y de aquella aventura saltan hoy a un local en el número 5 de la Calle Sal.
Este nuevo templo de la cultura, que toma su nombre de la obra maestra de Ray Bradbury, nace con la voluntad de ser un espacio para las editoriales independientes que tan difícil tienen ganarse un hueco en los escaparates de las grandes librerías. Por eso es bueno pasar por allí, charlar con Sergio y dejar que nos recomiende algunas de esas joyas que nunca verás anunciadas en marquesinas ni en ningún espacio destacado en las grandes librerías.
Faharenheit es, además, un espacio que no solo sea un almacén de libros sino una trinchera cultural, donde celebrar talleres y hablar de cualquier cosa con los libros como excusa.
La aventura arranca en el mismo local donde, durante 13 años, tuvo su sede la mítica Negra y Criminal, la librería de novela negra de Paco Camarasa y Montse Clavé que cerró a finales del 2015.
La foto de abajo es del remolque cargado de libros que en mayo del año pasado hacía las veces de la única librería de Sitges. Ya no estarán en primera línea de playa, pero vienen con muchos más libros y muchas más ganas.
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