Jordi Bonet, arquitecto de la Sagrada Familia e hijo de arquitecto de la Sagrada Familia, ha fallecido en la Barcelona de cuyo símbolo principal fue uno de los impulsores, a los 97 años. Como decía el mismo, «los Bonet no hemos hecho otra cosa en la vida que intentar ser fieles a la voluntad de Gaudí».
Arquitecto del mayor monumento de Gaudí entre 1985 y 2012, los Bonet ya estaban relacionados con Gaudí desde una generación antes. El padre de Jordi Bonet fue amigo de Gaudí y dirigió las obras de la iglesia por unos años, por lo que el trabajo del arquitecto recién fallecido traza una línea que conecta al ideólogo de la iglesia con el estado actual de la misma.
Aunque en 2012 fue sustituido por Jordi Faulí i Oller, pasando a ser arquitecto emérito y asesor del Patronato, Bonet siguió vinculado al templo como director emérito de las obras. Antes, como director de obras, los trabajos vivieron un gran impulso, con la introducción de las herramientas informáticas y el diseño asistido por ordenador.
Además de su labor como arquitecto, Bonet ha sido un miembro activo de la sociedad civil catalana, y un gran divulgador de la obra del arquitecto modernista en simposios y conferencias en todo el mundo.