Cuando hablo de Fat Veggies siempre me veo obligado a añadir nota al pie de página: aquí solo hay verduras. Y la reacción siempre es la misma: se tuerce el gesto, se duda de que algo así pueda existir y ser recomendable. La idea de que un restaurante que solo trabaja con verduras vaya a decepcionar sigue siendo un creencia popular demasiado asentada y Fat Veggies es buena forma de quitarse la tontería de encima.
Los responsables de Fat Veggies son los mismos que fundaron Fat Barbies, donde también casi todo gira en torno a las ascuas de una parrilla con leña de olivo que impregna los platos de un sabor ahumado increíble. Pero las hamburguesas, los costillares y los briskets de Fat Barbies transmutan en Fat Veggies en ingredientes verdes, llenos de color y sin más animales que los humanos que se sientan a la mesa.
Fat Veggies es el vivo ejemplo de cómo deberían ser los restaurantes del futuro, esto es, sin carne, con producto de proximidad y con el mínimo desperdicio posible. Las paredes del local las ocupan tarros de encurtidos y fermentos que luego usarán en cocina; también anotaciones, planos del local, bocetos. Aquí nada se tira, ni siquiera las ideas.
La cocina de Fat Veggies es un ejemplo de creatividad y detalle como hacía tiempo que no veíamos. Una explosión de sabor, una mezcla de texturas que se superponen haciendo de cada plato una experiencia alucinante. Probamos la coliflor, que se sirve de tres formas en el mismo plato: frita, encurtida y a la brasa, todo ello sobre un puré de coliflor con chocolate blanco. Otro de los platos más espectaculares fue su versión del hummus, en este caso con haba blanca en lugar de garbanzos, y que se sirve con un aceite ahumado de ajo negro y alga nori acompañado de galletas de semillas de lino y trigo sarraceno.
Y así podríamos seguir con cada plato de la carta. Su babaganoush, sus croquetas de brócoli o su bocadillo de berenjena. Cualquier cosa que pidas es un acierto redondo. También lo es la simpatía y las ganas que le pone cada miembro de su equipo, desde la barra hasta la cocina, como solo hace quien sabe que no engañan a nadie, que lo que te traen a la mesa se merece un hueco por derecho propio entre los restaurantes imprescindibles de Barcelona.
📍 Dirección: Carrer de París, 168
💸 Precio medio: 20 €
⌚ Horario: 13:00-16:30 h. y 19:00-23:00 h.
💯 Lo mejor: Todo, pero sobre todo el hummus de haba blanca.