A punto de cumplir 30 años, y después de dos años en barbecho pandémico, el Sónar ha vuelto con toda su fuerza, demostrando que ni la edad ni las pausas le afectan, y que su capacidad para poner a bailar a miles de personas es incuestionable. Y aunque no superó la cifra de los 128 mil asistentes de su 25 aniversario, en 2018, el Sónar número 29 movió a 122 mil personas y anunció el segundo sold out de su historia el viernes a la noche, la primera luna de baile del festival tras dos años de pausa.
Uno de los grandes culpables de esas entradas agotadas fue C Tangana, uno de los grandes reclamos de la noche del viernes. Su presencia en el festival es uno de los ejemplos de la síntesis entre música electrónica y música popular que hace el festival: ¿Quién le iba a decir a Antonio Carmona, de los Ketama, que algún día actuaría en el gran festival de música electrónica del país? Sin embargo, actuaciones como la de Tangana o Nathy Peluso que actuó tres veces en el festival, abriéndolo, colaborando con Tangana y en su propio concierto, siguen un hilo fino de coherencia que los hace no desentonar en la propuesta del festival, que suma adeptos abriendo nuevas fronteras.
Pero la esencia del festival, electrónica e innovación, es inamovible, y el núcleo central del mismo. Moderat, The Blaze, Chemichal Brothers, Richie Hawtin, Eric Prydz, Octo Octa, Charlotte de Witte… un listado de, como dicen desde el festival, «héroes del clubbing», que hicieron botar a las 78 mil personas que pasaron las noches del viernes y el sábado en el recinto de la Fira de Barcelona de Gran Via.
Música local e innovación
El regreso del Sónar y el Primavera Sound ha puesto a hervir a la ciudad. En las últimas tres semanas no se habla más que de festivales, y los asistentes a uno y otro evento son, prácticamente, una tribu urbana propia reconocible entre el resto de ciudadanos. Sin embargo, los dos festivales muestran algunas diferencias. Frente a las aglomeraciones del Primavera, Sónar no ha mostrado signos de overbooking. Frente a la asistencia masiva del primero con medio millón de asistentes en dos fines de semana, una asistencia más contenida en el segundo. Frente a la publicidad de un conflicto autogenerado entre Barcelona vs Madrid del Primavera, un Sónar que cierra afirmando su «compromiso con el territorio y la ciudad». Frente al 65% del público extranjero en uno, el 70% de público local en el otro.
La apuesta por el talento musical local también ha sido otra de las señas de identidad del 29º Sónar: Morad, Maria Arnal i Marcel Bages, Tarta Relena, Rojuu… La escena catalana i barcelonesa ha subido al escenario en esta edición. Además, SonarExtra ha planteado un recorrido por el corazón de Barcelona durante esta semana que ha permitido al público sumergirse en ‘Hyperorgan’, la experiencia sonora de Sónar junto al maestro organero Albert Blancafort, el tecnólogo Santi Vilanova, de Playmodes, y los compositores berlineses gamut inc en Palau Güell; Sondear y ‘Museo del Sonido’ de Mika Vainio en la Fundació Antoni Tàpies; y ‘Transient’ de Quayola, presentado por ME by Meliá, en el Hotel ME Barcelona.