El Hospital de la Santa Creu i Sant Pau es uno de los edificios modernistas más importantes del mundo y al mismo tiempo menos conocido, al menos internacionalmente.
Si Gaudí fuera Dios -que lo es- a su derecha estaría -y estuvo- Jujol y a su izquierda, Lluis Doménech i Montaner. También pulularía por ahí Puig i Cadafalch. Aunque eso es contexto. Quien nos interesa de este rombo modernista es Doménech y, más concretamente, su construcción más famosa. O una de ellas. Hablamos, claro, del Hospital de la santa Creu y sant Pau.
En pocas palabras y antes de empezar la enumeración, cabría decir que es un lugar rico en ornamentación, colores y vegetación. También que su construcción fue excesivamente revolucionaria para la época. Además y lógicamente, es el hospital modernista más grande del mundo. Un hospital desprovisto de asepsia al que su definición se le queda anticuada: está más cerca de ser un museo que un centro de salud. Sea como fuere, aquí una ristra de cosas que quizás no sabías.
1. El hospital antes estaba en el Raval. Pero tan deplorable era el estado que se antojaba necesaria la mudanza. Una mudanza hacia las afueras, claro. El antiguo hospital, por cierto, es la actual Biblioteca de Santa Creu.
2. El edificio se empezó a construir en 1905 gracias a las donaciones de Pau Gil. Gil era un banquero de la época que, además de aportar un elevado porcentaje de los fondos con los que se construyeron el hospital, también dio nombre al mismo. El Sant Pau al que alude el nombre del hospital es él.
3. Se inauguró oficialmente en 1930 con un acto de Alfonso XIII. No obstante, el hospital funcionaba desde hacía 14 años.
4. Para construir el hospital, Lluis Doménech i Muntaner, se recorrió medio mundo. Vio más de cien hospitales con el fin de inspirarse. No obstante, a Doménech le llegó la muerte en 1923 y fue su hijo quien tuvo que acabarlo.
5. Actualmente es un campus de conocimiento y aquí está la sede de organismos internacionales como Casa Asia o el Instituto Forestal Europeo.
6. Tuvo, oficialmente, 79 años de vida sanitaria. Funcionó desde 1930 hasta 2009. El nuevo hospital está prácticamente al lado.
7. Tiene una red subterránea de pasillos que, sumados, hacen un total de 2 kilómetros de longitud.
8. Los pasillos subterráneos servían para conectar las galerías. Y es que se proyectó la construcción de 48 edificios. Pero finalmente se levantaron 27. Una para cada dolencia. Estaban separados entre sí para evitar los contagios.
9. También para evitar los contagios se apostó por la cerámica como elemento decorativo y utilitario. Cumplía una función higiénica e iba en la línea de las teorías modernistas.
10. Los pabellones estaban divididos en dos partes claramente diferenciadas. Una, dedicada a los hombres. Esos eran los pabellones de la derecha. Estos pabellones tenían nombres de santos. En la parte izquierda estaban los pabellones dirigidos a las mujeres, con santas dando nombre a cada uno de los bloques.
11. Cuando se construyó -a pesar de recibir el mérito a construcción del año- hubo gente que lo criticó por su “exuberancia artística superflua”. Como queriendo decir: estás montando un hospital, no te comas la cabeza.
12. El hospital trataba a gente pobre porque los ricos se trataban en sus propias casas con médicos privados.
13. Está inclinado hacia la Sagrada Familia por dos razones. La primera, dicen, es porque Doménech quería aprovechar el viento que procedía del mar para airear, para ventilar el hospital. La segunda, dicen también las malas lenguas, que es porque no le gustaba la estructura cuadriculada de l’Eixample.
14. Es el conjunto modernista más importante de Europa.
15. Fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1997.