Casi mil días sin Sónar. A pesar de las ediciones alternativas y de pequeño formato que ensayaron los grandes festivales para sortear el azote de la pandemia, el Sónar, la gran fiesta del baile, no lo es si no se puede celebrar en plenitud. Han sido dos años sin baile, éxtasis, djs, sesiones eternas y altavoces retumbantes, pero finalmente dos años después, las 176 actividades y más de 200 artistas entre el Sónar y el Sónar+D, que se concentrarán entre los días 16 y 18 de junio, confirman que el Sónar ha vuelto.
El cartel de esta 29ª edición es ecléctico, con muchas propuestas que escapan a lo que se entiende por música electrónica tradicionalmente para adentrarse en el terreno de la vanguardia y el eclecticismo: The Chemical Brothers, Moderat, The Blaze, Arca, C. Tangana, Nathy Peluso, Maria Arnal i Marcel Bagés, The Blessed Madonna, Morad, Folamour, Samantha Hudson o el Niño de Elche, entre muchos otros, que tocará con la Banda Valenciana reinterpretando la música folklórica valenciana desde el bakalao, la rave y la tradición flamenca. En definitiva, un cartel más que heterogéneo donde encontrar absolutamente cualquier propuesta.
La pista de baila más grande del mundo
Así se define el Sónar a sí mismo. Una fiesta constante de 72 horas donde el suelo quema y los pies se mueven al ritmo de sesiones maratonianas como la de Scorpion Kings, «reyes del nuevo género de referencia en Suráfrica, el house amapiano», según los organizadores del festival. Otros destacados de la electrónica más pura serán. Reiner Zonneveld, Charlotte de Witte, Anfisa Letyago o, por supuesto, Richie Hawtin, entre otros artistas provenientes de los cinco continentes.
La mayor pista de baile del mundo ha contado este año con 9,4 millones de presupuesto, y tiene una previsión de asistentes de 17 mil personas diarias para el Sónar de día y 32 mil para el Sónar de Noche. Aparte de las actividades de la Fira, se celebrará el SonarExtra: el proyecto Hiperorgan en el Palau Güell, la instalación inmersiva Transient de Quayola en el Hotel ME Barcelona o la instalación Sondear, del fallecido Mika Vainio en la Tàpies, por poner tres ejemplos.