Lo creas o no, Cataluña tiene islas paradisíacas. Quizás no sean exóticas como las Seychelles, pero su belleza y ubicación hacen que merezca la pena visitarlas.
Muchas de ellas se encuentran a un tiro de piedra de Barcelona y visitarlas se convierte en el plan perfecto si buscas una escapada fuera de la ciudad un poco más original.
Las islas ofrecen actividades variadas, en unas podrás pasar un tranquilo día de playa, caminar y ver caballos, y, en otras, bucear o ir en barco. ¡Incluso en una te puedes casar!
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Illes Medes
¡Amantes del submarinismo, este es vuestro lugar! Les Illes Medes es un pequeño archipiélago delante del Estartit que constituye una de las reservas de flora y fauna más importantes del Mediterráneo. Las puedes visitar en barco, pero, sobre todo se las conoce por ser un destino muy popular entre los submarinistas debido a su impresionante paisaje submarino.
Illa de Port Lligat i Illa de S’arenella
Estas dos islas se encuentran en uno de los pueblos más bonitos de Catalunya, Cadaqués. La Illa de Port Lligat está situada a escasos metros de la Casa-Museo de Salvador Dalí y para llegar a ella tienes que cruzar con una barca sin motor, atada a con una cuerda que va de playa a playa y de la que el barquero, al puro estilo de Caronte, tira para llegar al otro lado.
La segunda, la Illa de S’arenella, es la única isla habitada de la Costa Brava y la puedes alquilar para eventos y bodas. Al tratarse de una isla privada no puedes ir libremente, pero te puedes bañar en la playa de delante, desde donde verás el atardecer sobre Cadaqués.
Illa de Buda
Esta es, quizás, la isla que más lejos se encuentra de Barcelona, en las Terres de l’Ebre, pero si tienes tiempo, merece totalmente la pena visitarla. Se trata de la isla más grande de Catalunya, de casi 5km de largo y es un espacio protegido donde todavía se planta arroz.
En ella encontrarás caballos salvajes y varios alojamientos en los que pasar un fin de semana de ensueño.
Illes Formiga
Cerca de Calella de Palafrugell tenemos otro pequeño archipiélago, las Illes Formiga. Desde lejos las cuatro islas que lo forman parecen una fila de hormigas, de ahí su nombre, y son tan bajas que, en días de mala mar, quedan casi completamente sumergidas. En ellas también se puede practicar submarinismo, ya que en su fondo rocoso se encuentran cuevas y grietas.
Illa de Sant Antoni
Esta pequeña isla se encuentra delante de la illa de Buda y existe desde hace muy poco, tan solo 60 años. Esto se debe a que está formada de extensiones de marismas y dunas y, actualmente, en ella encuentran refugio para reproducirse varias especies protegidas.
Illots de Cala Ferriol
Estas últimas no tienen la categoría de islas, sino de islotes, una categoría que se utiliza para las masas de tierra rodeadas por agua de pequeño tamaño. Se encuentran delante de la Cala Ferriola en el municipio de Torroella de Montgrí y la protegen de la mala mar.
El enclave idílico en donde se encuentran hace que visitarlas se convierta en el plan perfecto para un fin de semana de relax.