Sin alargarnos más, te dejamos aquí las mejores playas de la provincia de Barcelona.
1. Esta es una de las mejores playas de Cataluña y se puede llegar en transporte público.
No lo decimos nosotros: parte de esta playa ha sido declarada (este mismo año, además) patrimonio protegido: Bien Cultural de Interés Local. De hecho, ahora el interés de El Garraf es elevar esta consideración al grado de Nacional, al de Bien Cultural de Interés Nacional.
Y es que las playas del Garraf son atractivas por su cercanía y facilidad de acceso, sí, pero también por su belleza visual. Una hilera de cabañas de pescadores se yergue a escasos metros del litoral. Cabañas que antes cumplieron una función puramente utilitaria (eran barracas en las que los pescadores guardaban sus redes, cañas y demás parafernalia). Casetas a pie de marea, casetas de colores.
2. Una playa desértica, gigante y secreta a escasos minutos de Barcelona
La playa del Remolar se caracteriza -además de por parecerse más al Sahara que a la Barceloneta- por tener un ajetreado tráfico aéreo. Dada su cercanía al Prat, puede darse el caso de que estés leyendo a Flaubert y que la lectura quede momentáneamente interrumpida por un Boeing 737. Por un Boeing 737 o por cualquiera de los pájaros que forman este denso ecosistema de aves: al lado está el espacio natural Remolar Filipines.
Glorificaciones y descripciones a un lado, cabe decir que si decides ir en autobús tardarás lo mismo que en llegar a Zaragoza en AVE. Una hora y media viendo la periferia barcelonesa. Se accede (si decides hacerlo en coche) por una carretera de sentido único que te hace sentir como si estuvieras en un safari: el camino es casi selvático.
3. Esta es una de las mejores playas del Maresme
Y aunque casi podría ser concebido como una playa única -como una megaplaya de casi cincuenta kilómetros-, no es así: el Maresme (y cada localidad que lo integra, realmente) tiene subdivisiones.
Una de estas subdivisiones no pertenece –en términos de cercanía urbana inmediatísima- a ningún pueblo. Hablamos de la Playa de les Roques Blanques, una playa de la que se puede decir que no es de nadie. Esta playa semisecreta (tampoco vamos a ir de que hemos descubierto la pólvora) está entre la Playa del Pla y la Playa de la Murtra, entre Canet y Sant Pol de Mar.
4. Una cala nudista, escondida entre acantilados y al lado de Barcelona
Secreta, lo que es secreta, no lo es. La Cala Morisca le sonará a cualquier barcelonés que tenga como afición visitar playas no urbanas. Y es que es casi imposible descubrir algo nuevo en el litoral barcelonés: por suerte o por desgracia no vivimos en el setenta y pico. El boca a oreja que constituye internet y la facilidad de acceso a medios de transporte contribuye a que sea imposible encontrar una playa virgen en la provincia de Barcelona.
La Cala Morisca no está excesivamente masificada. Lo cual se agradece siendo que es nudista: no es especialmente agradable plantar la toalla y estar en continuo roce o extrema cercanía con los miembros (o lo que sea) de otra gente. Aunque ahí ya cada uno con sus gustos.
5. Es como una playa de Santo Domingo, pero está a una hora de Barcelona
Una playa de arena fina, con tramos de agua poco profundos, orillas despejadas y no inclinadas, con buenos y accesibles chiringuitos y, relativamente, poco ahíta. Claro: relativamente. Reto al lector de estas líneas a encontrar una playa urbana con un ratio de ocupación inferior a persona por cinco metros cuadrados (por ejemplo).
El caso es que la de Ribes Roges no es una playa excesivamente masificada.
Y no lo es porque es más larga que un día sin pan. En total un kilómetro de playa llana y ancha, como cualquiera de las Castillas. En total, también, 135.000 metros cuadrados de arena.