Barcelona tiene nuevos habitantes y Colau ha de legislar teniendo en consideración a mamíferos de cuatro patas: cada vez son más las piaras de jabalíes que bajan desde Collserola a Barcelona con el fin de pegarse un festín… de comida para gatos.
El hecho de que bajaban ya lo sabíamos (a la luz de los hechos está). Los motivos, sin embargo, los conocemos desde hace relativamente poco.
Gracias a un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona sabemos que las piaras de jabalíes incursionan (o excursionan) en zonas urbanas por corredores verdes para ponerse tibios a base de alimentos secos de gatos. Esto es, la comida de gato de supermercado de toda la vida (gran parte de la que comen es la que pone la gente para los gatos salvajes).
En el estudio han analizado las 3.148 presencias de jabalíes tomadas entre 2010 y 2014.
Estas invasiones también encuentran un razonamiento en la seguridad del animal: en la ciudad no hay depredadores y pueden campar por la urbe prácticamente a sus anchas. De hecho, casi se podría decir que actúan como aquello de lo que huyen. Así lo transmitía La Vanguardia en un artículo de 2016: “Cada vez son más exigentes y pueden llegar a ser agresivos para obtener comida”.
El problema es acuciante sobre todo en los vecindarios colindantes con zonas de bosque. Sobre todo, según dice Jorge R. López Olvera, uno de los responsables del estudio: “Los factores más relevantes eran la cercanía al Parque Natural de Collserola y en concreto a los puntos en que los barrancos y torrenteras contactan con el casco urbano”.
Ahora que estamos en primavera es cuando más proliferan (entre marzo y noviembres es la temporada fuerte) los jabalíes por la ciudad. Así que si vives en una zona cercana al Parque de Collserola, recuerda: puedes tener nuevos vecinos.