
Algún día debería contar cuántos de los artículos que he escrito en este medio empiezan con una referencia a Los Simpsons. Lo digo porque este engrosará esa lista que nunca haré. Hay un capítulo en el que Homer le explica a Marge lo que es una megatienda. “Mega”, es bueno. Y “tienda”, que es cosa. Pues lo mismo con los Jardines del Mirador del Alcalde. “Jardines”, que es bueno. Y “Mirador”, que es cosa.
En fin, estupideces a un lado: los Jardines del Mirador del Alcalde son un lugar privilegiado de Barcelona. Y lo es porque no aparece en las rutas turísticas como el ABC de las visitas y, por ende, no está especialmente atestado. Aunque, claro, vivimos en Barcelona: es difícil esperar que algo esté profundamente vacío.
Y más ante una cosa tan buena (jeje) como esta. Es una cosa tan buena, decimos, que no nos lo podemos callar. Y aquí van las cinco razones por las que lo debes visitar o las cinco razones por las que es nuestro mirador favorito o las cinco razones que nos llevan a afirmar con mayor énfasis cualquier cosa tipificada como buena.
1. Su historia
A través de la historia de los Jardines del Mirador del Alcalde se puede leer la historia reciente –si consideramos como reciente lo acaecido hace medio siglo– de la ciudad. La cosa es la siguiente: en los años 60, Franco le cedió a la ciudad el Castillo de Montjuïc. Pero lo hizo con la condición de instalar en la zona un museo militar. Y aprovechando que se adecentaba la zona, desde el Ayuntamiento se optó por crear (entre muchas otras cosas) un parque. O un mirador. Que se creó entre 1962 y 1969.
2. La fuente
¿Sabes cuando te gusta algo de un autor (sea libro, película o cuadro) y a partir de ahí respetas toda su obra? Tiene que haber alguna frase hecha o alguna palabra para lo que quiero decir, pero no me sale. Esnobismo, dogmatismo, quizás. En fin. Con la fuente de los Jardines del Mirador del Alcalde pasa justamente eso. El autor de la fuente es Carles Buigas, el mismo que creó la Fuente Mágica de Montjuïc.
3. Las vistas
¿Y qué otra cosa íbamos a decir de un mirador? Las vistas que desde aquí se pueden disfrutar se salen del sota, caballo, rey habitual. Es decir, no es el Park Güell, no son los Bunkers del Carmel. Desde aquí tienes una visión de 180º sobre el puerto y la ciudad.
4. El mosaico
El mosaico de los Jardines del Mirador del Alcalde son como una barra de chopped. Está hecho con restos. A saber, el bueno de Joan Josep Tharrats creó una alfombra de 420 metros cuadrados que reúne guijarros, adoquines, trozos de maquinaria, culos de botella, ladrillos, tapas de registro de servicios urbanos del subsuelo… Y es impresionante.
5. Accesibilidad
Parece una cosa menor, pero no lo es. Y, de hecho, como diría Rajoy: es una cosa mayor. Apenas hay 45 minutos desde el centro de la ciudad –si nos ponemos un poco generosos y consideramos plaza España el centro de Barcelona–. Igualmente, si eres más vago que la chaqueta de un guardia (s/o para mi padre) puedes subir en funicular.