El jurado internacional del Premio Europeo de Vivienda Colectiva ha anunciado hoy en San Sebastián a las dos promociones ganadoras de su edición inaugural: la reconversión en viviendas de un antiguo almacén de vino en Basilea, Suiza, que ha sido seleccionada como ‘Mejor Desarrollo de Vivienda Colectiva’ en la categoría de renovación, y La Borda, una cooperativa de viviendas en Barcelona, como ganadora en la categoría de nueva construcción.
El premio apuesta en sus bases por proyectos que tienen un impacto positivo en las comunidades y contribuyen al desarrollo urbano sostenible, al tiempo que promueven la arquitectura de calidad. El galardón, decidido por un jurado internacional, ha tomado la decisión entre las dieciocho candidaturas finalistas, tomando como punto de partida la importancia de la vivienda como necesidad humana fundamental y activo social, así como el fomento de la innovación, la inclusión y la responsabilidad medioambiental en el diseño de viviendas colectivas.
Como explican desde la organización del premio, «la vivienda colectiva es una piedra angular del patrimonio arquitectónico europeo que ejemplifica la cohesión social, la innovación arquitectónica y la sostenibilidad urbana. En un momento en que el acceso a la vivienda se ha convertido definitivamente en una intersección de diferentes cuestiones económicas, sociales y medioambientales, ha llegado el momento de proclamar la vivienda pública y colectiva, y en particular la como una seña de identidad europea».
Puedes consultar el listado completo de ganadores y candidatos en la web de los premios.
La Borda, la casa de madera más alta de del país
No es el primer premio que gana. La Borda, el edificio de madera más alto de España, un ejemplo de construcción sostenible, ya ganó el Premio de Arquitectura Española en 2021, y, con el de ahora, se convierte en un referente definitivo de vivienda cooperativa en la ciudad.
Según explican los premios, La Borda es una cooperativa de viviendas que forma parte del parque de viviendas sociales de Barcelona. El equipo de Lacol y la cooperativa La Borda priorizaron hacer un edificio con el mínimo impacto ambiental, tanto en su construcción como en su vida útil, mientras se minimiza el riesgo de pobreza energética para sus habitantes.
Finalizada en 2018, se trata de una construcción de madera con 28 viviendas más espacios comunes, donde pasillos y circulaciones se convierten en espacios de estancia, relax y socialización.Según Lacol, “el modelo comunitario de La Borda, opuesto a las promociones públicas o privadas más tradicionales, ha permitido superar algunas limitaciones importantes que se imponen a los proyectos arquitectónicos de vivienda colectiva.
En el sector público, el miedo al futuro usuario, totalmente desconocido, impide introducir cambios que puedan afectar a la forma de vivir normalizada. En el caso de los promotores privados, se imponen las lógicas del mercado que empobrecen la vivienda. «Nuestro modelo tiene cinco características: autopromoción, derecho de uso, vida comunitaria, sostenibilidad y asequibilidad”.
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