Después de semanas de alimentar a un tronco sonriente, un montón de niñxs se reúnen cada Nochebuena para darle palos hasta que cague regalos mientras cantan aquello de “Caga tió, ametlles i torró…”. Dicho así puede parecer la cosa menos simpática y navideña que uno se pueda imaginar, y de hecho, es normal que la tradición choque a lxs que no son de Catalunya. Pero cualquier niñx catalán ha crecido dándole palos a ese tronco tan afable y sabe que esta extraña tradición es imprescindible en la navidad catalana. La pregunta es… ¿Desde cuándo apaleamos a un trozo de madera para que nos deje regalos?
Nosotros, que somos curiosos por naturaleza, nos hemos estado informando para contártelo con todo lujo de detalle.
El origen de la leyenda del Tió
El verdadero origen del Tió, como toda leyenda, es dudoso y está repleto de versiones. Una de ellas cuenta que «su nacimiento» coincidió con el del niño Jesús.
En medio del jolgorio por la llegada del hijo de Dios, unos humildes pastores no tenían nada que ofrecer al niño, así que decidieron darle lo único que tenían: su comida. Cuando pararon a descansar de regreso a su hogar, hambrientos, de uno de los troncos de la hoguera aparecieron todo tipo de sabrosos alimentos.
Es más popular sin embargo, y está muchísimo más extendida, la tesis que sitúa su origen en un entorno pagano y rural, mucho más cerca de la celebración del solsticio de invierno que de la explicación anterior. La tradición ha cambiado mucho desde sus inicios, cuando en vez de golpearlo se lo quemaba el 25 de diciembre para que diera luz, calor y alimentos durante todo el invierno.
Esta tradición fue mutando hasta convertirse en lo que es actualmente. Porque no siempre ha sido ese tronquito con ojos y patas, vestido con barretina y manta para que no pase frío, sino que antes era tan solo un trozo de madera en el suelo al que «alimentar». Ahora lo hemos humanizado y mimado demasiado, tanto que diríamos que come mejor que muchos de nosotros.
Y por si quedaba alguna duda, a la tradición se la conoce como Tió y no “Cagatió”, como en ocasiones se le nombra. En este artículo te explicamos el origen del nombre y te contamos acerca de este debate, que parece reavivarse todas las navidades.
Canción del Tió
Y por si no la sabías, esta es la canción que los menores catalanes cantan cada año al aporrear al Tió. Así que, si aún no la conocías, te dejamos la letra completa para que vayas practicando de cara a las próximas navidades.
«Caga tió
ametlles i torró
no caguis arangades
que són massa salades
caga torrons
que són més bons
Caga tió
ametlles i torró
si no vols cagar
et donaré un cop de bastó
Caga tió!»