Tanto si llevas un tiempo en Barcelona como si eres autóctono, sabes que tenemos una forma particular de celebrar estas fechas. Estas son las tradiciones catalanas navideñas más representativas ¿las seguís todas?
1. Caganer
Imprescindible en todos los pesebres catalanes. Incluso los que no creen lo preparan con tal de incluirle. Es símbolo de buena suerte, pues sus heces fertilizan la tierra y por ende, el año que se acerca.
2. Firas de Nadal
En Barcelona, las más tradicionales son las de Santa Llùcia, la que instalan en la Sagrada Familia y la de Reis. Las dos primeras terminan este fin de semana pero aún hay tiempo para disfrutar de la segunda.
3. Tió de Nadal
Es un tronco mágico que pocos días antes de Nochebuena, llama a nuestra puerta pidiendo cobijo.Hay que taparlo con una manta para que no pase frío y darle de comer hasta el 24, momento en el que le toca defecar golosinas y regalos, como muestra de agradecimiento. Ni Micralax es tan efectivo.
4. Pesebres vivientes
Suelen instalarse en los lugares más representativos de las ciudades y sí, también incluyen un Caganer. Todos nos preguntamos cómo no se mueren de frío o de aburrimiento. La magia de la Navidad, supongo.
6 Nochebuena
Un must de todas las celebraciones, seas de donde seas. En la mesa no pueden faltar ni el turrón, ni el pollastre rostit, ni el cóctel de gambas…Una noche para deleitarse el estómago.
7. Diada de Nadal
Otra excusa para comer y levantarse tarde, al menos para los ateos/agnósticos.
8. San esteban
El 26 de diciembre es festivo en Cataluña por una razón sencilla ¡para descansar de las comilonas! Es típico zamparse unos buenos canelones hechos con las sobras de los días anteriores.
9. Flores de Navidad
Es símbolo de pureza y nuevos proyectos para el año que se acaba. Tiene un cuidado algo especial, ya que hay que vigilar que esté en un lugar muy iluminado y a una temperatura ambiente entre 20º y 22º.
10. L’Home dels Nassos
Es un hombre que tiene tantas narices como días tiene el año ¡como para hacerse una rinoplastia! Cuenta la leyenda que en Barcelona, es habitual encontrárselo todos los 31 de diciembre en la plaza del Palau sobre una tarima cubierto de sábanas.