Dentro de la 26º Conferencia Mundial por el Clima (COP26), el pasado sábado se celebraba la Declaración de Glasgow de Alimentación y Clima, durante la cual, la Consejera de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, Teresa Jordà, comunicaba haber hablado con Ada Colau sobre la posibilidad de incorporar un peaje a la entrada de Barcelona.
La palabra «clima» no es aquí una aliteración sino una redundancia inevitable y, al parecer, un motivo principal por el que plantear este peaje como solución al problema del transporte individual. Una solución de la que, como señalaba Jordà, la mayoría de las ciudades europeas se sirven actualmente.
La medida tendría lugar dentro de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), el plan implantado en Barcelona para impedir la circulación de coches sin sin etiqueta ambiental por la ciudad. Plan que no sería suficiente si no es acompañado de otras decisiones como la peatonalización progresiva con el programa Superilla o la de colocar un peaje para reducir el tráfico úrbano.
Por otro lado, desde el levantamiento de los peajes en Cataluña, el tráfico no ha aumentado en cantidad real pero sí se ha visto colapsado a la entrada de la ciudad condal a causa de los cambios de rutas, según el Servicio Catalán de Tráfico.
Sabemos que el transporte público es el futuro, sin embargo, según Teresa Jordà, dese la Generalitat todavía no se ha hecho lo suficiente para afrontar la crisis climática.