
Con la llegada del verano, encontrar un refugio verde donde escapar del calor se convierte en una necesidad, y aunque Barcelona está llena de refugios climáticos, nada como un parque para sentir como el verde de los árboles nos protege de la ola de calor. Y aunque en Barcelona existen parques de tamaño medio digno, como el Parc de la Ciutadella o el Park Güell, fuera de ella hay un auténtico Central Park que funciona como pulmón verde de Catalunya.
Se trata del Parc de la Devesa que, con sus 40 hectáreas, no solo es el parque urbano más grande de Catalunya, sino también un auténtico oasis natural que ofrece un respiro en medio de la ciudad.
Sus más de 2.500 plataneros centenarios son el lugar perfecto para perderse a la sombra. Estos árboles, plantados alrededor de 1850, han crecido en vertical debido a la proximidad entre ellos, alcanzando alturas impresionantes de hasta 60 metros. Pasear por sus avenidas sombreadas es como adentrarse en un bosque encantado, donde el tiempo parece detenerse.
Y hablamos literalmente: el parque, situado entre los ríos Ter, Onyar y Güell, al oeste del casco histórico de Girona, existe desde el s. XV, cuando el rey Alfonso IV el Magnánimo entregó estos terrenos a Girona y hoy en día ha sido Declarado Bien Cultural de Interés Nacional, y ha ha sido testigo de la evolución de la ciudad desde el siglo XV, cuando el rey Alfonso IV el Magnánimo entregó estos terrenos a Girona.
Aparte del paseo entre los árboles, hay otros equipamientos como el campo municipal de fútbol Félix Farró o las instalaciones de la Sociedad Hípica de Girona, el recinto de la Feria de Girona y el Auditorio-Palacio de Congresos. Además, el parque acoge el mercado semanal los martes y jueves, y se transforma en un centro de atracciones durante las Ferias de San Narciso a finales de octubre.