Circular por la Zona Baja de Emisiones (ZBE) de Barcelona podría costar cuatro euros al día si llegara a materializarse esta nueva propuesta de peaje urbano. La iniciativa ha sido planteada por un grupo de ocho entidades ecologistas y de promoción del transporte público.
La medida, polémica como todas las que pretenden abordar el tráfico (más aún si se trata de peajes), busca reducir la contaminación, pero también las cotas de siniestralidad y el ruido en la ciudad, al tiempo que se gana espacio público para el peatón.
Se trataría de una medida que afectaría a residentes y no residentes en Barcelona, y, según explican sus responsables, “de bajo coste y gran impacto para poder conseguir cambios estructurales en dos años”.
¿En qué resultaría la medida?
Según Barcelona’22 (en alusión a las Olimpiadas del ’92), impulsores de la iniciativa, calculan que el tráfico interno de la ciudad se reduciría un 30 por ciento y un 17 por ciento el tráfico de conexión. Y a su vez, el peaje podría ingresar 370 millones de euros netos que deberían destinarse a «mejorar el transporte público y el sistema público de salud», según la propuesta.
De aplicarse tal y como ha sido concebido en esta propuesta, el peaje de cuatro euros diarios permitiría circular por la ciudad entre las 7:00 y las 20:00 h. La zona acotada sería la ZBE delimitada por las rondas, por lo que se incluirían los municipios de Hospitalet de Llobregat, Esplugues, Cornellà y Sant Adrià del Besós.
Pero habría excepciones. Estaría exento de pagar aquellos vehículos que transportaran a tres o más ocupantes, los que viajen con personas con movilidad reducida y aquellos conductores con ingresos inferiores al doble del IPREM vigente y que necesiten el vehículo para su actividad profesional.
En cuanto a la infraestructura, la medida descarta grandes obras. Es decir, sin casetas ni controles físicos. El tránsito se vigilaría con las cámaras ya instaladas en la ZBE.