Un buen fotógrafo tiene dos méritos: estar en el momento adecuado y sacar la foto correcta. Pilar Aymerich, fotógrafa clave de la historia reciente del país, cumplió con los dos requisitos en 1978 cuando dirigió su objetivo hacia la cárcel de mujeres de Trinitat Vella, uno de los centros donde aún duermen, a día de hoy, las reclusas mujeres de la ciudad. Aquel año, en aquella cárcel se gestó la primera manifestación feminista de la España post-franquista, en la que las presas pedían que la cárcel dejara de estar a mano de las monjas de las «Cruzadas Evangélicas de Cristo Rey» para pasar a estar a manos de funcionarias.
La historia de esta manifestación y de la vida en general de las mujeres olvidadas en la cárcel de la Trinitat es la que explica el libro Presas. 1976-1978 (colección Ojos de Buey, editorial Janus Books), recién publicado, donde las fotos de Pilar Aymerich, publicadas por separado en distintos medios, se reúnen por primera vez en un solo reportaje.
El libro también explica la historia de cómo, cuando finalmente las monjas se retiraron y entraron las funcionarias, hubo un tiempo de impass en el que las presas se autogestionaron para hacerse cargo del centro, un caso insólito. Ante la cámara y la pluma de Pilar Aymerich también pasan las otras reivindicaciones de estas mujeres: como la amnistía para delitos de entonces como el aborto, el abandono de la familia o el adulterio. Derechos que hoy están garantizados aquí, pero que entonces, igual que hoy en tantos sitios, no existen para otras tantas mujeres tan olvidadas como lo estuvieron las Presas de este libro.