La crisis de la vivienda se vive puertas adentro, cuando sufrimos por no encontrar casa. De puertas afuera, cuando nos manifestamos o vemos concentraciones en portales donde se está ejecutando un desahucio. Y ahora, también, en el plano internacional, con un diario como el New York Times, uno de los más importantes del mundo, sacando en portada de su edición internacional los problemas que hay en Barcelona para encontrar una vivienda digna.
El diario estadounidense ilustra este reportaje con una imagen de la Casa Orsola, uno de los símbolos más recientes de la resistencia vecinal frente a la especulación y un titular contundente: «Ciudad de hogares y esperanza perdidos”.
Barcelona: la zona cero de la crisis de la vivienda en Europa
El periódico neoyorquino retrata a Barcelona como “la zona cero del dilema de la vivienda en Europa”, y pone sobre la mesa una realidad que aquí conocemos bien: cada vez es más difícil, y más caro, vivir en la ciudad.
El artículo señala que, desde 2015, casi un 10% del parque de viviendas en España ha pasado a manos de inversores o ha sido transformado en pisos turísticos. Mientras tanto, los salarios no han seguido el ritmo del incremento de precios. “La escasez ha permitido incrementar los precios mucho más rápido que los sueldos, lo que ha hecho que la vivienda asequible esté fuera del alcance de mucha gente”, recoge el reportaje.
El reportaje explica que Barcelona no es la única ciudad europea que sufre el fenómeno, pero sí donde el caso es grave y urgente, más con la temporada alta a punto de empezar, la presión sobre el alquiler se intensifica, y los intentos de regular el mercado generan tanto titulares como polémicas.
Casa Orsola, el gran símbolo
Los símbolos a veces sirven para algo, y la Casa Orsola es el ejemplo. El edificio del Eixample, hogar de algunas de las mayores protestas sobre el tema, es uno de los principales casos de estudio del reportaje junto a la Casa Fajol (más conocida como la Casa de la Papallona), otro edificio modernista del Eixample donde los vecinos denuncian maniobras para convertir sus hogares en alquileres de temporada.
El reportaje del New York Times repasa algunas de las medidas anunciadas por las administraciones: desde la construcción prometida de 50.000 viviendas públicas, hasta el tope del precio del alquiler o la moratoria en licencias para nuevos pisos turísticos. Sin embargo, el reportaje recoge también voces críticas como la del Sindicato de Vivienda Socialista de Cataluña, que considera que las soluciones no solo son insuficientes, sino que llegan tarde.
En paralelo, el diario también ofrece la visión de las plataformas inmobiliarias, como Idealista, que alertan de una caída de la oferta y defienden un marco normativo más estable.