En el número 5 del Carrer d’en Quintana no hay un restaurante cualquiera. Es el restaurante más antiguo de Barcelona. No solo eso, sino que también es el más antiguo de Catalunya. Hablamos de Can Culleretes, un restaurante que además de tener estos dos honores también puede decir con orgullo que es el segundo más antiguo de España, solo por detrás del madrileño Casa Botín.
Y es que tenemos que rebobinar mucho, concretamente hasta 1786, para encontrar su fecha de inauguración. Son 231 años los que han pasado ya, que se dice pronto. Lo fundó Joaquim Pujol y su primer cometido era muy distinto al del restaurante clásico de comida catalana que es hoy en día, pues se dedicaba principalmente a chocolates y postres (una lástima para nosotros los chocoadictos que las cosas evolucionen).
Fue en 1890 cuando el local fue transferido a la familia Regàs, quienes le dieron el enfoque y lo convirtieron en un restaurante como tal. El local subió como la espuma y solo la llegada de la Guerra Civil pudo cortar su progresión. Tuvo que esperar hasta 1958, cuando lo compraron Sisco Agut y Sussi Manubens, para renacer y convertirse en el restaurante tradicional que es hoy en día.