Esta petición, que ya tiene sus adeptos en Change.org, reclama la gratuicidad del agua por distintas razones.
Empezaremos arguyendo la razón humana: si una persona no bebe en cinco días, se muere. Vale, este argumento es demagogia pura. Y nadie te va a negar un vaso de agua si te estás deshidratando. De hecho en la mayoría de los bares se puede pedir un vaso de agua del grifo. Eso sí, con el sentimiento de culpa, la vergüenza y la mirada -con desdén- del camarero como moneda de pago.
Y la petición de Change.org arremete contra esto. Contra la vergüenza sentida al pedir algo básico. Imprescindible. Algo que en otras ciudades (San Francisco, Praga, París) no ocurre: al sentarte en determinados establecimientos te sirven una jarra de agua del grifo sin que tú la pidas.
No obstante, que en Barcelona te sirvan un vaso de agua del grifo es más una putada -perdón- que un favor. En Barcelona tenemos el peor agua del grifo de España. Por ello, detrás de la campaña está una start up (Tapp Water) que ofrece soluciones para filtrar agua. Porque, insistimos, si es sin filtrar, el agua de Barcelona no se la bebe ni un carlino.
Eso sí, que el sabor sea malo no implica que sea menos saludable que el agua embotellada: el agua del grifo está regulada.
Otro detalle importante es el de la contaminación y el del derroche: el impacto medioambiental en el embotellamiento de agua es brutal. Un 90% del precio de la botella es el contintente. Y no el contenido. Además de las implicaciones medioambientales que suponen el abuso de plástico.
Y tú, ¿seguirías pidiendo agua o te pasarías al latón?