No es ningún secreto que Las Ramblas no son de Barcelona. Ya hace tiempo que por el paseo más barcelonés no pasan barceloneses, y quizás por eso muchos olvidamos a menudo que al final de la calle, llegando a Colón, hay un museo estupendo de arte contemporáneo que, últimamente, está haciendo un gran trabajo por devolver Las Ramblas a la ciudad.
Asomarse a sus exposiciones sobre turismo, gentrificiación o racismo es una buena manera de conectar con la ciudad y su última intervención, «Teló» es ahora, una manera de reencontrarse con aquella Ramblas que un día fue un lugar de encuentro, de paso y también de estancia para lxs barceloneses.
La terraza más privilegiada de las Ramblas es gratuita
Los barceloneses más viejos recordarán unas sillas que había cerca de Plaça Catalunya que se alquilaban por horas y que servían para eso, para sentarse en Las Ramblas sin más que hacer que ver el tiempo y el paseo pasar ante nuestros ojos. Por otro lado, no hace falta ser mayor para saber que las terrazas de Las Ramblas son inaccesibles, y que sentarse en ellas es meter el pie a propósito en una trampa para guiris.
De ahí que Teló, la instalación de Marta Monlleó Rius, Eduard Rodríguez i Martínez i Jaume Xicola, nos resulte tan emotiva. Este toldo es una instalación temporal diseñada para suavizar las condiciones climáticas de la terraza durante los meses más calurosos del año.
Pero además, con sus tumbonas, el espacio se convierte en un mirador privilegiado y de acceso libre sobre las Ramblas, un lugar donde estar sin tener que hacer, un espacio de convivencia en una calle que ha dejado de serlo.
La instalación se ve de lejos: una estructura ligera de color rojo cubierta por una sucesión de cuerdas del mismo color que generan un espacio de sombra que mitiga las condiciones climáticas de la terraza. La propuesta, seleccionada a través de una convocatoria pública, quiere hacer un homenaje al pasado marinero ya la escena teatral propios del Raval.
Centro climáticamente sostenible
Con el objetivo de adaptar el uso del centro ante la emergencia climática, el Santa Mònica, de la mano del Plan C* Cultura por el Clima del ICEC, ha impulsado también un proceso de autoevaluación y mejora orientado al diseño de metas y objetivos específicos para desarrollar la actividad como centro de artes con el máximo respeto por el medio ambiente y la eficiencia energética.
Como reconocimiento, el centro ha recibido este mes el Distintivo de Garantía de Calidad Ambiental (DGQA) en la categoría de espacios de artes visuales y centros culturales, otorgado por el Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural. Este distintivo es un sistema catalán de etiquetado ecológico que identifica y certifica de forma oficial que ciertos productos o servicios, superan determinados requerimientos de calidad ambiental más allá de los establecidos como obligatorios por la norma vigente.