El Parque del Tibidabo nunca ha dejado de evolucionar. Si los barceloneses empezaron a subir hace décadas para surcar los cielos en un avión rojo o visitar a los autómatas, después empezaron a hacerlo para pasar miedo al Hotel Kruger o asustarse con el Guri Guri. Pasar un día de verano en las atracciones de la montaña es un recuerdo común a casi todos los barceloneses y ahora, desde hace una década, una nueva atracción se ha sumado con éxito a la memoria colectiva de la ciudad.
Hace diez años un show láser puso, por primera vez, el broche perfecto a un día de agosto de diversión en el Parque. Desde entonces, 680 mil barceloneses han visto el espectáculo de la Cuca de Llum, el Laser Show con el que el Tibidabo cierra sus puertas las noches de agosto.
El espectáculo, que se celebra todas las noches de agosto, a las 21:30 horas, en la Plaza de los Sueños, narra las experiencias vividas por los visitantes del Parque de atracciones a través de la luz, los colores y la música.
La primera parte representa la llegada al Parque, con una banda sonora llena de épica; y la segunda, describe las emociones y sensaciones mágicas que transmite el Tibidabo a sus visitantes. Por último, y como novedad, este año también suenan canciones que hacen referencia al 30 aniversario de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.