Fue el jueves y no se sabe a ciencia cierta si fue un tiburón.
Las dudas que puedan presentar las comillas del titular aluden al desconocimiento de la identidad del animal. No en el sentido de que pudo ser un bromista con una aleta. Más bien porque las fuentes policiales no han asegurado que fuese un tiburón. Podría ser una tintorera (un tiburón más chiquitito) o incluso un delfín.
Ocurrió el jueves pasado y la aparición del supuesto tiburón -dejémoslo en el avistamiento de una aleta que se iba acercando peligrosamente- puso la playa del Varador patas arriba. Según se puede ver en el vídeo de aquí abajo, los gritos se sucedieron y el pánico, la curiosidad y el desconcierto formaron un cóctel de lo más llamativo.
VÍDEO: un tauró espanta els banyistes aquesta tarda a la Platja del Varador. La gravació és d’Oriol Cruz. pic.twitter.com/uuLSVkGVIn
— El Tot Mataró (@totmataro) 21 de junio de 2018
Y no es para menos, la cercanía a la que se encuentra (primera línea de playa) realmente asusta a cualquiera que haya visto la película de Spielberg. Bueno, y a quien no la haya visto también.
Fuera el animal que fuera, la noticia se enmarca en el contexto de la llegada de animales marinos a zonas que no acostumbran a explorar. Como el desembarco masivo de las medusas velella velella en la costa de Barcelona. Una cuestión ineludible y -qué duda cabe- con una estrecha vinculación con el cambio climático. Con una estrecha vinculación con la mano humana.