Ha llegado por iniciativa propia y sin la mediación de agentes externos.
Como un turista más, pero con la salvedad de que en vez de al Prat, la Gavina corsa (una de las variedades de gaviota más escasas del mundo) ha tomado la decisión de instalarse en el Puerto de Barcelona.
La Gavina corsa, opinan los expertos, es un animal impredecible. Sí, se sabe que es un ave migratoria que viene en primavera desde Mauritania y Senegal, donde hiberna y pone huevos. Ahora bien,en la elección de su morada no sabes por donde te va a salir. Por ejemplo, en los 90, el 70% de la población mundial de Gavinas corsas vivía en el Delta del Ebro.
Ahora, como consecuencia de la presencia masiva de zorros (depredadores naturales) se han instalado en el Puerto de Barcelona. Una zona que, según Ricard Gutiérrez, técnico del Departament de Fauna y Flora de la Generalitat, es beneficiosa para el animal por tres razones. Primero, la tranquilidad (está cortada al paso), luego el alimento (se aprovecha de la entrada de barcos pesqueros); y, por último, la seguridad (no hay especies depredadoras).
No deja de ser sorprendente la consolidación de Barcelona como paraíso turístico animal: si la semana pasada hablábamos de los ya habituales garbeos de los jabalíes de Collserola y hace un mes contábamos la historia de Litio, el lince ibérico que se recorrió toda la Península Ibérica hasta llegar a Barcelona.
Ahora nuestra ciudad recibe con los brazos abiertos a un pájaro endémico del Mediterráneo.
Fuente: El País.