Aunque las lluvias han recargado los pantanos cercanos a Barcelona, la persistente sequía ha llevado a la mayoría de los ciudadanos a incluir en sus rutinas diarias la práctica de almacenar agua fría en depósitos. Este agua se utiliza posteriormente para hervir alimentos o regar plantas, pero los expertos alertan que podría conllevar riesgos: entre ellos la proliferación de mosquito tigre.
Según ha explicado la investigadora y conservadora del Departamento de Artrópodos del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, Irene Lobató, el mosquito tigre requiere muy poca agua para su rápida reproducción. Incluso en el agua que queda en los platillos de las plantas pueden criar en tan solo una semana.
Por esta razón se recomienda cerrar herméticamente los recipientes y no dejarlos de forma descontrolada a la intemperie en balcones o terrazas.
Las hembras de mosquito tigre pueden infectar del Zika, el denga o el chikungunya
El aumento de las temperaturas debido al cambio climático ha propiciado la proliferación de especies invasoras provenientes de climas tropicales, transmitiendo enfermedades como el dengue y el zika. En el año 2023, se registraron 72 casos de dengue en Europa, una cifra que podría ser aún mayor, dado que las infecciones primarias suelen ser asintomáticas y la notificación del dengue no es obligatoria en muchos países.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de casos notificados a nivel mundial entre el 2000 y el 2019 se ha multiplicado por diez, pasando de 500.000 a 5,2 millones en 192 países.
Lobato advierte que el mosquito tigre es portador de muchas enfermedades, ahora endémicas en países tropicales, pero con el aumento de las temperaturas podríamos acabar teniéndolas aquí de forma autóctona: entre ellas el Zika, el denga o el chikunguya.
Una fuente de riesgo especialmente para embarazadas y bebés
El virus del Zika es una enfermedad viral transmitida principalmente por la picadura de mosquitos infectados pero también por relaciones sexuales. La mayoría de personas infectadas o no presentan síntomas o tienen síntomas leves que incluyen fiebre, erupción cutánea, dolor muscular y articular, conjuntivitis, malestar general y dolor de cabeza, entre otros.
Sin embargo, una de las mayores preocupaciones relacionadas con el virus del Zika es su impacto en mujeres embarazadas y sus bebés. Durante el embarazo, el virus del Zika puede causar complicaciones graves, incluyendo microcefalia (un desarrollo anormal del cerebro) y otros defectos congénitos en el feto, así como abortos espontáneos y muerte fetal.
En el caso del denga puede cursar en síntomas graves en un 5% de los casos y el chikunguya puede provocar complicaciones en niños menores de 1 año y en mayores de 65 años o con enfermedades crónicas.