Pasear por Las Ramblas, el Passeig de Gràcia o el Born es cada vez más difícil. Las calles están ocupadas por miles de visitantes con gorras y gafas de sol y algunos barrios, como la Barceloneta, han pasado de estar aislados a estar inundados de turistas en tan solo unas décadas.
El año pasado, Barcelona recibió cerca de 15 millones de turistas y, según un estudio de Holidu, una empresa de alquileres vacacionales, es la veintena ciudad europea que más masificación turística sufre, con un ratio de 4,8 turistas por cada habitante.
La primera de esta lista es Dubrovnik, seguida de Venecia y Brujas. El estudio recomienda viajar a estos destinos en temporada media o baja y advierte de los peligros que supone el turismo masivo para las ciudades: «la afluencia anual de turistas pasa factura a sus infraestructuras».
A nivel español, después de Barcelona, la segunda ciudad con más presión turística es Sevilla, con 2,9 turistas por habitante. Se encuentra en la 31ª posición a nivel europeo y, tan solo dos posiciones después, aparece Madrid. Por otro lado, los países que tienen más ciudades en el ranking son España, Alemania, Italia, Francia y Grecia, con tres ciudades cada uno.