Puede parecer mentira, pero hubo una época de la ciudad no hace tanto, en la que Barcelona y su barrio marítimo, la Barceloneta, no estaba inundados por turistas. Los vecinos podían ir a la playa sin tener que pelear por un puesto para la toalla con grupos de turistas haciendo botellón, podían dormir por las noches sin grupos de turistas gritando por sus callejuelas y podían pasear por su barrio (aún hay quien tiende la ropa en la calle) sin cruzarse a grupos de turistas descamisados.
Ahora la exposición «Recordar es resistir» intenta revivir esa época, para que tomemos consciencia de que antes del turismo también había ciudad y de que la Barceloneta fue un barrio antes de que la masificación turística la convirtiera en un souvenir.
Un bario convertido en un recuerdo
La exposición “Recordar és resistir” intenta responder la pregunta “¿Qué es un barrio?” a través de los testimonios de los vecinos que han dejado entrar a la cámara en sus espacios privados. Son gente de diferentes contextos socioculturales, edades y experiencias personales. El objetivo es tratar de aproximarse a la singularidad del barrio a través de la particularidad de cada casa.
La muestra toma el concepto del “souvenir”, un recuerdo pasajero basado en el cliché y la superficialidad, para jugar con la diversidad de maneras con las que podemos recordar y aproximarnos a un mismo espacio. Comisariada por Alba Sueiro, la expo busca construir un sentimiento de pertenencia e identidad en un territorio donde la globalización crea problemas como la especulación inmobiliaria y el turismo masivo. De este modo, la recuperación de la memoria histórica a través de cada recuerdo personal se convierte en un acto de resistencia.
La muestra se complementa con una pieza audiovisual sobre la Barceloneta en la que se entrevista a vecinxs del barrio que hablan sobre la Barceloneta que existió antes del turismo y la de ahora.
La exposición se podrá visitar en la Casa de la Barceloneta hasta el 3 de junio.