Si todavía no has entrado, es tu momento. Escondido tras la Ciudadela, y desconocido para aquel no sea estudiante en Barcelona, el edificio de la Biblioteca de les Aigües es una de esas joyas que visitaríamos corriendo si estuviéramos en otra ciudad: un antiguo depósito de Aguas construido en 1874 que ahora es una de las bibliotecas más bonitas de la ciudad (aunque no la mejor del mundo, que es esta otra).
Ahora a Generalitat ha distinguido a la Biblioteca de les Aigües de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) como Bien Cultural de Interés Nacional en la categoría de Monumento Histórico, subrayando así la importancia arquitectónica y patrimonial de este edificio situado en el campus de la Ciutadella.
Una biblioteca que fue una caserna de la Guardia Urbana
La Biblioteca de les Aigües, conocida originalmente como el Dipòsit de les Aigües, fue proyectada en 1874 por el maestro de obras Josep Fontserè i Mestre. Concebido inicialmente para satisfacer la demanda de agua del parque de la Ciutadella, el edificio se caracteriza por una estructura clásica de muros de carga y arcos de medio punto de 14 metros de altura, que aún se conservan y que hacen que el edificio parezca por dentro el interior de una majestuosa iglesia gótica.
De hecho, un joven Antoni Gaudí, entonces estudiante de arquitectura, participó en el cálculo estático del conjunto, un trabajo que le ayudó a aprobar una asignatura universitaria y que lo inspiró, probablemente, en el diseño de los pasillos de una Sagrada Familia cuyos cruceros pueden recordar lejanamente a los pasillos de esta biblioteca.
Desde su inauguración en 1880, el Dipòsit de les Aigües ha tenido múltiples usos, incluyendo centro hospitalario, plató cinematográfico, almacén de bomberos y oficinas de la Guardia Urbana. En 1992, el edificio pasó a ser propiedad de la UPF y, tras una rehabilitación dirigida por los arquitectos Lluís Clotet e Ignacio Paricio, se convirtió en la Biblioteca General de la universidad en 1999. Actualmente, también alberga la sede del Institut Universitari d’Història Jaume Vicens i Vives.
Un edificio meme
Además de su declaración como Bien Cultural de Interés Nacional, se ha delimitado un entorno de protección alrededor del edificio para garantizar su preservación. Esta medida asegura que el Dipòsit de les Aigües, con su capacidad de 15.000 m³ y su impresionante diseño inspirado en prototipos romanos, siga siendo un referente del patrimonio arquitectónico de Barcelona.
La biblioteca es, además, una especie de meme. Su aspecto icónico, su interior fresco y el uso intensivo que hacen los alumnos del espacio ha facilitado que crezcan los memes y las bromas en redes en torno a su interior laberíntico, su caracterísitico túnel subterráneo de acceso o, simplemente, el cómo es pasar muchas horas dentro de un edficio tan singular.