Si un disfrutón barcelonés tuviera que definir su equivalente local del jardín del edén probablemente hablaría un jardín tranquilo escondido en alguna manzana del Eixample con una fuente de cerveza que nunca se acaba y de la que podemos beber hasta hartarnos. Este pequeño edén accesible es ahora una realidad en la Cerveceria Barcelonesa, el nuevo restaurante de cocina catalana (y una fuente infinita de cerveza) que acaba de abrir en pleno Passeig Sant Joan.
El local es eso, un oasis en Passeig Sant Joan que eleva el nivel de la zona. Lo hace no por la anécdota de la fuente de cerveza (que ya vale la pena la visita), sino por una carta de cocina catalana de bastante nivel que ofrece, además, un menú de 10,5€ en una zona donde la comida catalana escasea y los precios están disparados.
Un menú de 10,5€ en Passeig Sant Joan que se construye a placer
Lo dicho, en La Barcelonesa, la fuente de cerveza es la anécdota. Quizás el primer motivo para ir. Pero la razón para quedarse es una carta de cocina catalana creada por Karel Schroder, chef del Gyoza Bistró (que ya nos encantó) que hace aquí cocina catalana con clásicos cuidados.
Como con sus gyozas, su cocina de apariencia sencilla esconde mucho cuidado y detalles. Las croquetas de bolets y un velo de jamón ibérico(a 1,5€ la unidad) son muy buenas, y ese velo hace de contrapunto al sabor de las setas, complementándose y no repitiendo sabores como suele pasar.
Las alcachofas a la brasa con velo de papada también están bien buenas y los mejillones gratinados con allioli son un acierto, aunque el allioli, probablemente con huevo, coagula al calentarlo, y el resultado no es genial. Pero sigue siendo una idea coqueta. Los segundos no bajan el nivel: una caldereta de rape y gambas (buena idea: no abundan las opciones de guisos clásicos de pescado) y una carrillera con foie y parmentier todo lo contundente y sabrosa que se puede pedir.
Muchos de estos platos aparecen en un menú que se puede construir a placer. Por 10,5€ se puede pedir un plato único con bebida (solo por esa carrillera ya valdría la pena). Por algunos euros más se le puede sumar un segundo o un postre, hasta quedarse en 20€ un menú completo, que es el precio que vale un menú por la zona, pero en este caso, con cocina catalana de calidad.
La fuente de la felicidad (y la cerveza)
El último gran reclamo (o el primero, según para quién) de la Cerveseria Barcelonesa es la fuente de cerveza que se ha instalado en su patio. Bueno, en realidad es su patio y el local, un espacio grande y luminoso que no se intuye desde el exterior y que se abre con un ventanal gigante a un jardín de interior de manzana del Eixample.
En ese jardín se esconde una fuente que recuerda a una fuente modernista de la que mana cerveza infinita. Sus dueños aún piensan qué harán con ellla. De momento, solo por ir a comer o cenar cualquier cliente puede servirse una birra gratis por su cuenta. Un buen reclamo que sirve de entrada para un senyor àpat de cuina catalana en un Paseo Sant Joan que necesitaba un restaurante así de fiable.