El retorno a los orígenes a veces es la mejor alternativa para afrontar ciertos problemas. Bajo esta premisa, el Ayuntamiento de Barcelona ha respaldado el proyecto de la introducción de 11 burros para luchar contra los incendios forestales propuesto por la asociación Alimentem Collserola. La agrupación vela por la ‘transición agroecológica’ de la región en la que los alimentos locales sean más sostenibles, así como por la reactivación de la agricultura en la sierra de Collserola.
En este caso, la iniciativa de la inmersión de estos animales en el espacio tiene el propósito de servir como medida de prevención de incendios en Collserola. A través de su alimentación y desarrollo en la zona, contribuirán a la limpieza del entorno y aumentarán la biodiversidad existente. Además, se espera que este sea el primer paso de un proyecto más ambicioso en el que otras especies, vinculadas especialmente con la ganadería, también serán ubicadas en la montaña para continuar con la labor.
Los burros seleccionados para formar parte del proyecto han estado abandonados o han sido cedidos y proceden de Montserrat. Por ello, su ubicación en el paraje es oportuna para que comiencen a abrir el pasto para la posterior introducción de otras especies adecuadas al clima mediterráneo.
La masía Can Domènech en Valldoreix es el lugar escogido para acoger a los burros. No obstante, estos serán reubicados a varios puntos controlados durante la duración del proyecto. Así, los campesinos de la zona esperan que Collserola salga del ocaso en el que se encuentra y que supone un riesgo debido su estado de abandono.
El proyecto ha supuesto un coste de 19.000 € y también cuenta con el respaldo de la Unión Europea. Por ello, la institución ha financiado un 70 % del total.
Una propuesta con futuro
Su duración inicial es de un año y se espera que los animales pasten unas 15 hectáreas de la vegetación del espacio. Además, cuenta con un planteamiento a futuro en el que se baraja la inclusión de otras especies en el terreno. Entre las opciones se encuentran ejemplares de vacas de la Albera y ovejas. En el primer caso, además de ser una especie autóctona, se trata de una oportunidad para la producción cárnica.
Por otro lado, se espera que en un par de años los animales pertenecientes al plan cuenten con unos collares con localizadores para su control. Así, podrían alimentarse sin cercados y sin suponer un riesgo para la iniciativa.
La introducción de los animales en Collserola será el precedente al plan de pasto que se redactará el próximo año. En 2023, la sierra será objeto de un concurso público que pretende tener constancia de los rebaños de la zona, sus trashumancias y las necesidades pertinentes para el ejercicio de la actividad.
El auge de la agricultura urbana y el retorno a la naturaleza son unos factores que cada vez están más vigentes en las decisiones tomadas por las instituciones de las ciudades. La mejora de la calidad de vida a través de unos productos más responsables y de la concienciación con respecto a la importancia de los recursos naturales ya es una realidad. Por el momento, el establecimiento de burros en Collserola para prevenir incendios es una propuesta única que espera recuperar los espacios que típicamente han pertenecido a las actividades propias del sector primario.