La moda de los speak-easy lleva años extendiéndose por la ciudad. Las puertas guardan, cada vez más, secretos inesperados, y después de que, a lo largo del año, Barcelona haya estrenado más de un local de copas con la apariencia de algo que no es, un nuevo garito se estrena para cerrar el 2022 convirtiendo a Barcelona en la reina de los speak-easy.
Se trata de de Trash, una coctelería que busca, con su propuesta y su localización secreta, convertirse en uno de los lugares de moda de la ciudad. Y aunque los dueño piden no revelar su ubicación exacta para mantener la expectativa, su acceso sí se puede revelar: un contenedor de residuos situado en algún punto del Eixample derecho barcelonés.
Trash talking en un speak-easy
En el mundo del deporte el trash talking es el nombre que recibe la «técnica» de insultar y hablar mal a un oponente del otro equipo para desestabilizarlo mentalmente y hacerle perder la concentración sobre el partido.
Desde esta nueva coctelería no quieren insultar a nadie, pero sí desafiar al resto de speak-easy de la ciudad: «nuestra entrada secreta es mejor que las vuestras». Y aunque no sabemos si es la mejor, lo cierto es que es, sin duda, la más sorprendente (y, quizás, poco atractiva, de inicio) de todas los que existen hasta ahora en la ciudad. Encontrarla no es fácil, pero la recompensa siempre llega para aquellos que quieran buscar o sepan done mirar… u oler.
Los que lo hagan llegarán a una fila de contenedores común. Allí, a la altura del container de color verde (el recipiente dedicado ¿cómo no? a vasos, copas y botellas), encontrarán a un portero corpulento vestido con un chaleco fluorescente que busca imitar al de los servicios de la limpieza de la ciudad, impasible ante el paso de los vecinos que se acercan a tira su basura de forma habitual.
Para acceder a Trash bastará con preguntarle al portero por el local y esperar a que este abra el contenedor, saque unas escalerillas plegables y nos de acceso. Si superamos nuestras reservas iniciales nos atreveremos a poner un primer pie dentro del contenedor y, a partir de ahí, ya sin miedo, bajar a un sótano oscuro donde nos esperan todos los placeres propios de los amantes de la coctelería.
Bandejas recicladas y cócteles de autor
Después de haber dejado atrás el contáiner, un local de luz tenue y con decoración hecha con plásticos reciclados nos recuerda que, aunque el contáiner se vista de seda, contáiner se queda. Trash es estrecho y sus mesas y sillas hechas con palés reciclados nos dejan solo un pasillo para recorrer buscando un asiento que nos permita disfrutar de la experiencia.
En la carta, cócteles con los nombres que esperamos. «Envàs on vas» y «Barcelona posa’t neta» son algunas las mezclas que encontraremos en una propuesta que busca que continente (o contenedor) y contenido vayan absolutamente de la mano, forzando a los clientes a romper sus esquema mentales y repensar sus ideas preconcebidas sobre lo que es una coctelería.
Al final, como dice el dicho, la basura de unos es el tesoro de otros. Trash viene a demostrarlo, tirando, literalmente, la experiencia del cóctel a un contenedor de basura, dándole así la vuelta y haciéndonos ver que en el mundo de la creatividad coctelera y del speak-easy, siempre queda alguna palabra por decir, aunque esta, concretamente, solo sea una inocentada.