Desde que esa gran franquicia (a la que por razones técnicas llamaremos X Fried Chicken) hiciera aparición en España era lógico pensar que cualquier pollo frito era la misma guarrada. Quien llega primero domina el relato. Pero las cosas han cambiado y para comerse un buen pollo frito no es necesario ningún cubo ni tres litros de Almax. Basta con dejarse caer por Dr. Beer and Mr. Fried.
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Este restaurante, que como ya habrás adivinado tiene por ejes constitutivos el pollo frito y la birra artesana, se ubica en el corazón del Raval, en el número 33 de Riera Alta, una de las zonas más interesantes del barrio: preñada de bares, a dos pasos de Sant Antoni y rodeado de lo mejor que da el Raval los fines de semana.
Pero yendo al grano, podríamos decir que Dr. Beer and Mr. Fried es el mejor pollo frito que nos hemos comido en la ciudad y zanjar aquí el asunto. Sus contramuslos de pollo, macerados durante 24 horas y rebozados en cereales son de una jugosidad increíble, por eso el lugar está siempre a rebosar. Y su staff es una maravilla, tanto que uno no casi quisiera compartir mesa con ellos.
Pero hay dos razones más, quizá las más importantes, por las que este lugar, que tanto tiempo había ignorado, se ha convertido en uno de mis favoritos de la ciudad: por su barra libre de alitas y por su hamburguesa especial de los jueves. No creo que existe un placer culpable mejor que el de las alitas de pollo fritas y aquí cada martes y miércoles puedes comer todas las que quieras hasta reventar por solo 8,90 euros. ¡Barra libre de alitas! Si se encuentran un plan mejor, avísenme.
La otra razón que comentábamos es su hamburguesa de los jueves, una delicia de pollo frito con pepinillos y mayonesa de habanero. Simple, para todos los gustos, un pollo de una textura que se deshace y, ojo, por 5,90 euros. No sé en qué otro lugar pueden comerse una hamburguesa de esta calidad por este precio.