Si hoy has recorrido Barcelona probablemente hayas pasado, sin saberlo, por delante de uno de sus edificios. Oriol Bohigas es uno de los arquitectos más influyentes de la historia reciente de la ciudad, y sus obras, imponentes pero discretas, están tan integradas en la trama urbana que es fácil pasarlas por alto. Después de que el arquitecto falleciera el pasado noviembre, el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido homenajearlo dedicándole el nombre del paseo marítimo de la Barceloneta, que pasará a llamarse Passeig Marítim de la Barceloneta- Oriol Bohigas. El lugar no es casual. Bohigas fue uno de los artífices de la idea de una Barcelona abierta al mar que se gestó durante los Juegos Olímpicos del 1992, y que cambió para siempre el aspecto de la ciudad.
De hecho, la Villa Olímpica, continuación natural del paseo, es la mayor obra del arquitecto en la ciudad. El diseño de un barrio entero por el que muchos hemos pasado pero del que la mayoría desconocen al autor. El edificio del Corte Inglés, el del Disseny Hub… Barcelona está trufada de edificios icónicos que se elevan con claridad delimitando el perfil de la ciudad pero cuyo autor ha quedado escondido tras ellos. Por ello, aprovechando el rebautizo del Passeig Marítim, vamos a visitar algunos de los edificios más importantes que Bohigas legó a Barcelona, y así de paso entender hasta qué punto una sola persona, con su mano pequeña, puede determinar la silueta de algo tan gigante como es una ciudad.
La Vila Olímpica (1992)
Lo dicho, la mayor obra de Bohigas. La construcción de la Villa Olímpica supuso la definitiva apertura de la ciudad hacia el mar, después de que el litoral hubiera estado dedicado, históricamente, a edificios industriales que cerraban el paso de los barrios residenciales hacia el agua. La ejecución de esta obra implicó la desaparición por completo del barrio de Icària, una amalgama densa de edificios industriales y líneas de ferrocarril que ocupaban el espacio ante el mar. En su lugar un parque en el frente marítimo, el puerto, las torres Mapfre, el área residencial de 2.000 viviendas donde se alojaron los atletas durante los juegos… En definitiva, otra ciudad.
Esta obra de Bohigas también ha sido señalada. Si uno camina por la Villa Olímpica observará, aisladas, algunas chimeneas antiguas que aparecen fuera de lugar. Son las únicas concesiones a la memoria del antiguo barrio industrial desaparecido. El borrado absoluto del patrimonio fabril barcelonés fue muy criticado, y los efectos gentrificadores de la intervención urbanística también se han señalado en revisiones posteriores. No obstante, la envergadura de la operación, la adaptación modernizada que la Villa Olímpica hace del Plan Cerdà, la integración natural del espacio en la trama urbana años después de los juegos y la indudable apertura al mar de la ciudad hacen que esta sea, sin duda, la obra cumbre del arquitecto en la ciudad.
Disseny Hub (2008-2013)
Y de la remodelación de la zona industrial de Icaria, en el lado mar del Poblenou, a la del 22@, en la zona del Poblenou que limita con el lado montaña. El edificio del Disseny Hub es uno de los iconos, junto a la Torre Agbar, de la remodelación de la plaza de las Glòries, y la puerta de entrada al 22@, ese barrio que también ha sustituido buena parte del patrimonio arquitectónico industrial del Poblenou por otro edificios que buscan acoger industrias más acordes a la actualidad. Casi treinta años después, Bohigas sigue estando en la vanguardia de las grandes transformaciones urbanas -y conceptuales- de la ciudad, esta vez con un edificio que, según él, buscaba unir todas las artes decorativas.
El edificio es como un iceberg: solo una octava parte de su extensión asoma a la superficie. Su aspecto exterior le ha valido el sobrenombre popular de «la grapadora», y está marcado por esa parte exterior alargada, que se construyó para ganar espacio expositivo cuando el proyecto de soterramiento de carriles de las Glòries aún no se había concretado.
Muy cerca está el edificio de RBA, que se construyó casi a la par, y que es otro ejemplo de la influencia de Bohigas en el diseño de la zona.
Ampliación del Corte Inglés de Pl. Catalunya (1993)
Una de sus obras más vistas, más polémicas, y quizás, una de las menos conocidas. En 1993 Oriol Bohigas se encargó de la ampliación del Corte Inglés de la plaza Catalunya hacia la calle Fontanella. La obra ha recibido críticas notables porque implicó la desaparición de varios edificios de valor preexistentes en la zona y por el carácter macizo del nuevo edificio en un espacio tan central de la ciudad. La ampliación del Corte Inglés respetó las fachadas de color gris tradicionales en en los edificios de esta cadena de centros comerciales, y escondió en el lateral, como en una broma -de buen o mal gusto, según quién la mire-, la balconada modernista de uno de los edificios que desaparecieron con la reforma.
Palau Nou de la Rambla (1989-1993)
Cerca de Plaza Catalunya, en la mismísima Rambla de Barcelona, otro edificio de Bohigas pasa desapercibido. El edificio se construyó al hilo de la Villa Olímpica, en la remodelación febril que vivió la ciudad durante los Juegos. Su particularidad es que se construyó con un pasillo central abierto, que permite ver desde la Rambla el campanario de la iglesia de Santa Maria del Pi, ejerciendo así el papel de bisagra entre una calle icónica, una joya del gótico catalán y un edificio hundido en la modernidad. La obra quiso crear un edificio inteligente que incluyó uno de los primeros párkings automatizados de la ciudad.
Casa Meridiana (1965)
Y de la rambla, la vía icónica del centro de la ciudad, a la Meridiana, quizás la mejor calle para representar su periferia. En esta calle, constituida como una carretera urbana de doce carriles, Bohigas construyó la Casa Meridiana -también llamado Edificio Meridiana o La Colmena-, un edificio gigante de 121 viviendas donde destaca una fachada cubierta de cerámica marrón y unas ventanas salientes orientadas al sur para para evitar el ruido del tráfico y atemperar las casas.
El edificio, construido en los 60, es un buen representante de la época del «desarrollismo», cuando la ciudad se afanaba en construir grandes edificios de viviendas, no siempre con las condiciones adecuadas (no es el case de este), que acogieran a los miles de «nuevos barceloneses» que migraban a la ciudad buscando el empleo que no encontraban en otras zonas de campo del país.
La Casa dels Xuklis (2007-2010)y Escola Thau (1972-75)
Finalmente, después de los ejemplos de urbanismo, edificios comerciales o de vivienda, dos edificios de uso social, que comparten algunos de los trazos comunes, dan fe de su consciencia social y demuestran la híper actividad de un arquitecto muy prolífico a lo largo de toda su vida.
La escola Thau (1972-1975) es un proyecto de escuela que ganó un premio FAD, que organiza el espacio alrededor de un anfiteatro, permitiendo la entrada de luz en el edificio y dando más flexibilidad al edificio, creando un modelo que luego fue reproducido en otras escuelas. 40 años después Bohigas se encargaría de la Casa dels Xuklis, un centro asistencial de residencia para familias de niños en tratamiento oncológico. Sus cuatro pabellones relacionados con las cuatro estaciones del año, la entrada natural de luz, la ventilación y la organización del espacio para compaginar intimidad y sociabilidad son otro ejemplo de la vertiente social de la obra de este arquitecto.