Los más veteranos de Terrassa lo recordarán: el bar El Buen Gusto, regentado por Juan e Isabel, era un espacio donde se combinaba la cocina de toda la vida con la tradición culinaria catalana. Fundado en 1952, durante décadas fue un punto de reunión en el barrio, y alimentaba a decenas de personas diariamente con su servicio de comidas para llevar, además del bar.
Después, el nieto de los fundadores, Artur Martínez, lo convirtió en Capritx, el restaurante más pequeño con estrella Michelin (solo tenía un par de mesas) que durante 15 años sorprendió con su cocina de autor a locales y visitantes. El espacio estrellado se mudó a Barcelona bajo el nombre de Aürt en 2017, donde ahora cuenta ya con 2 estrellas. Con la llegada de la pandemia en 2020, el espacio del bar cayó en desuso (no así la casa de comidas). Hasta ahora.
Desde hace un tiempo, Martínez ha retomado las riendas del negocio y lo ha abierto de nuevo al público de Terrasa. El Buen gusto sirve de nuevo los platos típicos de una tasca catalana, con cocina de barrio, sin sofisticaciones y con el sabor y empaque que se espera de sus platos.
Bravas, capipota, ensaladilla rusa, croquetas, anchoas y quesos catalanes son algunas de las propuestas del nuevo espacio, que está concebido para hacer disfrutar de la comida sin demasiadas pretensiones y con un servicio exquisito.
El barrio de Pla de Can Roca de Terrassa vuelve a oler a fritura, pollo a l’ast y vermut, y recupera un histórico con piel nueva en forma de vitrinas, mesas altas y lo que mejor saben hacer los Martínez: buena cocina.
El Buen Gusto (para llevar) abre fines de semana y festivos. El bar abre para cenas de miércoles a sábados y comida en fin de semana.