Un Vladimir Putin de color rojo intenso subido a un tanque en miniatura. Los niños y adultos que han paseado esta mañana por el parque Joan Miró de l’Eixample Esquerra se han encontrado esta curiosa imagen plantada en el suelo. La escultura, que parece casi un juguete, parecía invitar a los paseantes a jugar con ella, generando la particular escena de niños jugando con uno de los personajes políticos más polémicos del momento montado a bordo de un tanque.
Esta imagen, es, justamente, la que James Colomina quería conseguir. El artista francés que ha instalado la obra «Vladimir» afirma que la intención de su escultura es la de «establecer un diálogo con los niños» y «denunciar lo absurdo de la guerra y la valentía de los niños ante situaciones violentas y catastróficas que no han escogido». La escultura, que había estado antes en los Jardines de Luxemburgo, ya ha sido retirada, y el artista ha asegurado que seguirá viajando.
Esta escultura no es la primera que Colominas instala en Barcelona. El pasado enero colocó un oso de peluche y un niño del mismo color rojo intenso en el pedestal donde antes estaba la estatua de Antonio López, en la plaza homónima, retirada por la polémica que generó su pasado esclavista.