Llega tarde, pero llega. Las tarjetas de metro de cartón, un anacronismo en un servicio de metro que aspira a ser moderno y sostenible, tienen los días contados, y la Autoritat Metropolitana del Transport (ATM) calcula que para finales del 2023 su sustitución será un hecho, y las tarjetas descartables serán cosa del pasado.
Este «apagón magnético» será escalonado. Desde la AMT evitan dar fechas exactas, para asegurar una implantación segura de todos los títulos hacia finales del año que viene. Actualmente, la tarjeta recargable, la T-Mobilitat, está implantada en los formatos T-Usual (antigua t-mes) y la T-Jove, y en un último avance se incluyeron estos dos títulos con la bonificación.
La intención es que a finales de verano también se incorpore a la T-Mobilitat la T-casual (la antigua t-10), la T-Familiar y la T-16, siguiendo el lento avance de la desmagnetización de las tarjetas de metro, que ya lleva muchos años de retraso. La intención, una vez todas las tarjetas estén incluidas dentro de la T-Mobilitat, es empezar a hacer pruebas fuera del área metropolitana, para poco a poco ir extendiendo la medida a los 36 municipios de la ciudad.
La T-Jove, primera tarjeta de cartón en jubilarse
La T-Jove será la primera tarjeta de cartón con banda magnética que desaparecerá para siempre de nuestras carteras. Este 15 de mazo será el último día que este título trimestral dejará de existir en formato descartable y se integrará plenamente en el formato T-Mobilitat.
Así, el abono más popular entre los jóvenes será el primero que desaparezca en su formato analógico, integrándose en un sistema de T-Mobilitat que ya usan cerca de 700 mil personas. Además, como ya te explicábamos, la T-Jove aumentará su franja de edad, de los 24 a los 30 años y cambiará su precio y pasará a tener una tarifa única de 40 euros para las 6 zonas.
Todos estos cambios que entran en vigor hoy son el primer paso a la definitiva desaparición de todos los títulos de las tarjetas de cartón, prevista para finales del 2023.