La historia de la operación Thomas es, literal, la historia de la búsqueda de una aguja en un pajar. Más de 20 mil fotos se esparcieron por el mundo como llevadas por el viento tras el cierre de una empresa de fotografía de Barcelona, y después de 7 años de búsqueda y recopilación, una entidad de la misma ciudad las ha recuperado.
El resultado es un libro y un proyecto de archivo digital que se acaba de publicar el Instit d’Estudis Fotogràfics (IEFC)y que relata le historia reciente del país a través de unas fotos, pero también la historia de las fotos hasta ser recuperadas.
Una empresa pionera que sufrió una diáspora
Si hablamos de la fototipia Thomas, quizás a nadie le venga nada a la cabeza. Pero si señalamos que la fototipia estuvo instalada una época en la casa Thomas, un edificio muy reconocible situado en la calle Mallorca, 293, cuyos bajos fueron construidos por el arquitecto modernista Lluis Domenec i Montaner, quizás a alguien le suene un poco más.
La fototipia Thomas, creada por el catalán Josep Thomas, fue una empresa que aprovechó los avances tecnológicos de la época para hacer fortuna con la fototipia, una técnica inventada a finales del s.XIX para convertir en un proceso industrial el revelado de fotos.
Thomas reveló en sus talleres miles de fotografías de Barcelona y de otros muchos lugares del país. Pero no solo fotografías. Como indica un reportaje de El Periódico, de las máquinas de esta fototipia salieron también reproducciones de dibujos al carboncillo de Ramon Casas, las ilustraciones de las más ancianas ediciones de la Enciclopedia Espasa y, también, postales a miles, un producto que hoy es menos común pero que, en una época, fue la única manera de transmitir imágenes de nuestros viajes.
La empresa, fundada en 1882, cerró a mediados de los años 50, y a partir de ahí empezó la diáspora de su archivo.
Las fotos que que volvieron a casa
Cuando cerró la Casa Thomas, miles imágenes quedaron guardadas en su sótano. Hasta que se quiso reutilizar el edificio, en 1975, las fotos fueron saliendo del sótano desordenadamente, adquiridas por anticuarios. En el 1975 el IEFC, al conocer el tamaño del tesoso, se esforzó por salvarlo, pero asumió que una buena parte ya había desaparecido en el mar del mundo.
Pero hace 7 años, la fundación madrileña Anastasio de Gracia, de Madrid, quiso poner arreglo al asunto cuando vio que en una subasta online se vendían lotes de la fototipia. A partir de aquí, decidieron recuperar el tesoro perdido, buscando en todo tipo de anticuarios, mercadillos y propietarios.
A veces han podido, a veces no. En algunos casos han recibido ayuda (de Joan Fontcuberta, por ejemplo), y en otras no. Pero se ha trabajado en ello, y el resultado son 12000 imágenes recuperadas. Ahora, con 22 mil imágenes en el archivo completo y una colección online orgullosa, la fototipia Thomas vuelve a estar virtualmente en pie.
Aunque la mayoría de su material fotográfico se concentra en Barcelona, las imágenes recorren todo el país, trazando una geografía visual de finales del s.XIX y principios del s.XX en España. Una geografía viual y muda que, sin la operación Thomas, el rescate de las fotos desaparecidas, no podría ya regalarnos su memoria.