Llega a Barcelona la exposición Burning Flags Tour, del fotógrafo Glen E. Friedman, quien a finales de los 70 y principios de los 80 se hizo un hueco en el underground americano haciendo fotos a los inicios del skate y del movimiento punk rock de la costa oeste. “Empecé haciendo fotos cuando tenía alrededor de 13 años. Sentía la responsabilidad de fotografiar las cosas que me inspiraban, quería que la otra gente sintiera lo que yo sentía. Cuando veía fotos de otros skaters no me inspiraban nada, así que empecé a hacerlo yo.
La gente que empecé a fotografiar fue la primera generación de skaters, el primero que fotografié fue Jay Adams y después a Tony Alva y toda la cuadrilla de Dogtown”, nos cuenta Glen desde el local donde se exhiben sus fotografías más icónicas.
Con la madre en la costa oeste y el padre en la costa este, Glen estaba todo el tiempo de un lado a otro y relacionándose con todos los grupos que estaban surgiendo en las calles de esa época. Desde Black Flag o Germs en California, Minor Threat o Bad Brains en Washington DC, o Beastie Boys, Public Enemy o Misfits en New York. “Empecé a fotografiar la escena punk rock porque todos mis amigos skaters iban a esos conciertos o montaban bandas. Como estaba trabajando en una revista de skateboarding la gente conocía mi trabajo dentro de esta subcultura. Cuando empecé a ir a conciertos focalicé la misma energía que hacía en el skate a los conciertos de punk rock. Estuve capturando los momentos más apasionantes y enseñando a los músicos como nadie había hecho antes porque me rompía las muelas haciéndolo. Muchos fotógrafos de skaters sabemos cuándo disparar en el momento preciso. Con el punk rock pasaba lo mismo, los sujetos me inspiraban mucho. Me pasó lo mismo con el hip hop, me sentía muy inspirado. Era mi responsabilidad personal compartir con otra gente mi visión y como yo lo veía», cuenta Glen en la galería del Born donde expone sus fotografías.
«El primer grupo de punk rock que fotografié en un club fue The Stimulators en el 1979 o 1980 y fue la primera vez que estaba muy cerca del escenario. Era muy emocionante porque normalmente cuando ibas a ver a una banda eran escenarios grandes y estabas lejos. Luego estuve en Los Ángeles y empecé con X, The Weirdos, Black Flag… Viví una era increíble de la música, vi muchas veces a Bad Brains o Black Flag, eran unos shows increíbles, te dejaban molido. Misfits eran muy frescos y novedosos. Era muy estimulador y me inspiraba mucho fotografiarlos”, recuerda.
En esta exposición no solo encontraremos fotos para los amantes de la música o el patín. Retratan un momento muy especial que marcó a toda una generación de jóvenes que luchaban por un mundo mejor y que su mejor herramienta para hacerlo era la música. “Estas fotos, después de tantos años siguen hablando a la gente, es milagroso. Puse mucho entusiasmo en ellas porque me importaban. Mi corazón está en todas esas fotos. No era un voyeur ni un documentalista, ni tan siquiera un fotógrafo, soy un artista que intenta inspirar a otra gente y únicamente uso mi cámara como herramienta, y tampoco la uso todo el tiempo, pero tenía la responsabilidad de comunicar lo que estaba viviendo en ese momento”.
Le llevamos a comer un helado vegano en el Oggi, ya que hace más de 30 años que no consume nada de productos de origen animal, y está muy comprometido con el medio ambiente y la justicia social. “Soy vegano y hay muchas opciones en la ciudad. Me encanta cuando voy a una panadería y encuentro repostería vegana, es perfecto. Cuando me hice vegano en el 87 era muy difícil encontrar opciones veganas. Tenías que andar muy lejos para poder conseguir leche de soja. Ahora tienes un montón de opciones para hacer un bien al medio ambiente, es muy sencillo hoy en día. No hay excusas a no ser que seas un egoísta o que sencillamente no entiendes cómo puede afectar al planeta comer productos de origen animal”.
De camino a la heladería no podía evitar pararse para tomar fotos de las calles, quedó fascinado con la arquitectura catalana y las fachadas de Via Laietana. “Me gustan mucho los colores de Barcelona, la arquitectura es preciosa, me recuerda a un París pero con más colores, me encanta. Me gusta el estilo de Gaudí, las locuras que hace la gente en sus casas, los colores… mola mucho. Barcelona y Nueva York tienen una energía similar, pero Barcelona es Europa y es muy diferente de América”.
Esta exposición es la primera parada del Burning Flags Tour, que empieza por Barcelona y también tendrá parada en Lisboa, París y Amsterdam. «Quisimos empezar este tour en Barcelona para que coincidiera con el Primavera Sound. Y obviamente también es una ciudad guay, ¿por qué no hacerlo aquí? Llevamos más de 20 años con esta exposición y nunca habíamos visitado Barcelona aún”.
La exposición estará abierta hasta el 21 de junio en la C/ Sant Pere Més Alt, 19.