La unión entre internet y tradición puede dar lugar (y da lugar) a situaciones absolutamente grotescas y surrealistas.
Sobre todo, en lo que se refiere a venta de productos, objetos o propiedades. Ya hablamos en su día del tramvia blau en Wallapop o de la mujer que vendía un león africano disecado.
La circunstancia de la que hoy hablamos roza también la astracanada. Y es que ha aparecido una joya del modernismo catalán en un portal inmobiliario. Una figura poética utilizada, el hecho de llamarle joya, que hace justicia con el precio de venta: el mamotreto cuesta 6,6 millones de euros.
Y, a pesar de lo endebles que son nuestros conocimientos inmobiliarios, diremos que no es para menos (casi es lo que te cuesta cualquier piso en l’Eixample): a fin de cuentas estamos hablando de un edificio que forma parte del patrimonio modernista catalán.
Villa Paula, que así es como se llama, ocupa una parcela de 41 mil metros cuadrados y sobre ella se erige una casa de 765 metros cuadrados. Fue construida por Jeroni Granell i Manresa en 1912 y rehabilitada cien años más tarde. Rehabilitada, eso sí, respetando el trencadís, los suelos hidráulicos y las vidrieras.
Esos 765 metros cuadrados están repartidos en cuatro plantas y una torre adicional. Y dentro de ellos hay ocho habitaciones, el mismo número de baños, comedor, cocina y salón de dos ambientes. En el sótano, a quien le interese, hay sauna y bodega.
Su ubicación, por cierto, es la Sierra de Collserola. El camino de las aguas, concretamente.
Una ubicación de la que se ha servido para dar cobijo a, por lo menos, dos huéspedes ilustres. Por un lado, Lluis Companys, expresidente de la Generalitat, que hizo aquí una parada reglamentaria en su huida a Francia. Por otro lado, Monserrat Caballé, quien descansó aquí tras uno de sus episodios de fatiga, según informa El Español.
Los actuales dueños de la casa, los potenciales beneficiarios de casi siete kilos, son Tony y Tatiana Hayes, un matrimonio estadounidense de origen ruso.
Dicho queda, quien tenga siete cifras en su cuenta corriente podrá presumir (siempre y cuando decida dejar de tenerlas) de tener en su poder una obra clave del modernismo catalán.