Barcelona vive la sequía de lluvias más intensa de los últimos dos siglos. En los últimos 28 meses han sido 25 ha llovido menos de la cuenta en 25, y eso ha provocado un vaciado de los acuíferos hasta menos del 40% de su capacidad, algo que ha hecho saltar las alarmas y que obliga a tomar unas medidas que ya anunció hace unos meses.
Por eso, la Agència Catalana de l’Aigüa (ACA) ha anunciado que si la situación sigue así, a finales de noviembre y principios de diciembre podría haber limitaciones en el uso del agua en el área metropolitana de Barcelona.
Si se llega a esa situación, algunas de las medidas implicarán la prohibición del uso de agua en fuentes ornamentales o la limitación de la limpieza con agua de las calles o el riego de las plantas a dos veces por semana.
Aunque se estuvo a punto de entrar en alerta en agosto, el área metropolitana sigue siendo, hasta ahora, una excepción en Catalunya, donde ya hay 300 municipios que viven restricciones en el consumo de agua.
Aunque las medidas no implican el corte del suministro de agua en las casas, la ACA pide a los ciudadanos un consumo de agua responsable, prestando atención a usar los grifos solo cuando sea necesaria o poner lavaplatos y lavadoras eficientes.