Pocas cosas más importantes que saberse bonito y bonita sin importar qué digan los demás. Cualquiera quiere que su casa, pueblo o ciudad sea considerada bonito a ojos del resto del mundo, pero en el mundo de hoy, donde el turismo puede inundar una ciudad y convertirse en su mayor problema, que los otros te vean como un lugar bonito puede ser un regalo envenenado.
Por eso, hace uno días Siurana, Priorat, (Tarragona) rechazó formar parte de la lista de los pueblos más bonitos de España y ahora Rupit, en Osona (Barcelona), ha hecho lo mismo, y ha decidido no entrar en este listado.
En un reportaje de Vilaweb, el alcalde de Rupit, municipio de 300 habitantes, ha explicado que les da miedo la repercusión que pueda tener la inclusión en esa lista, y que, a pesar de que el pueblo viva del turismo, «debemos ser conscientes de nuestras limitaciones».
De la misma manera, hace unos días el alcalde de Siurana declaraba a EFE que «No podemos formar parte porque resulta que tenemos una masificación muy grande y no tenemos espacio ni sitio para atender a más personas».
Y aunque Rupit sí que ha anunciado que participará al premio del mejor pueblo turístico del mundo de la Organización Mundial del Turismo, parece que cada vez son más los que ven que el turismo (al menos el masivo) no siempre es la solución a los problemas si no, más bien, en ocasiones todo lo contrario.