
Perseguir rarezas y bocados irrepetibles es una de las obligaciones no escritas de un foodie. Cada vez que abre un restaurante o aparece uno nuevo en una lista, un run run recorre el espinazo y le pide ir a probarlo para sentir, en esa carrera infinita, algo nuevo en su paladar.
De ahí que hoy hablemos de esta rareza. La ostra verde debe su nombre al color que tinta su interior, ya que sus branquias se tiñen de verde esmeralda tras filtrar la microalga navicule bleu durante su proceso de afinado en los “claires” en los que pasa la última fase de su proceso de cultivo tras crecer en la bahía de Marennes – Oléron (Francia).
Ahora el restaurante Barra Alta, uno de los mejores de Gracia, ha traído este molusco bivalvo que se cultiva en la bahía de Marennes a Barcelona, en una de las pocas ocasiones en las que se podrá probar en la ciudad.
Esta rareza, poco habitual en Barcelona, es un producto de temporada que estará disponible por tiempo limitado en el restaurante Barra Alta, dando la oportunidad de probar un producto único y, de paso, comer en uno de los mejores restaurantes de Barcelona.
Se sirve de varias maneras, en una versión encevichada, al toque de kimchi y cilantro, otra escabechada, con cebolla crujiente y una tercera tibia, con salsa tibia teriyaki, velo de panceta Casalba y huevas de tobiko. La sede capitalina de Barra Alta dispone también de una ostra crujiente, rebozada con panko y acompañada de wakame, jugo de ave y mayonesa de ostras.