De barraquismo vertical a pulmón verde de la ciudad. Can Clos es uno de tantos barrios olvidados en Barcelona. Nacido en 1952 para acoger en edificios donde llevar a los barraquistas desplazados de la Diagonal, el barrio de Can Clos estuvo años escondido tras Montjuïc. Ahora inaugura un parque de 14.400 m2 de zona verde que lo pone en el mapa y lo convierte en uno de los pulmones verdes de la ciudad.
El nuevo gran parque urbano de la Marina de Port ha supuesto la transformación de la parte alta de Can Clos, en el distrito de Sants-Montjuïc. La intervención ha creado una nueva zona verde que ha modificado la topografía del área, incorporando un recorrido peatonal que mejora la conexión de Can Clos con el resto de la Marina y con la montaña de Montjuïc.
¿Cómo es el nuevo parque de Can Clos?
El nuevo parque quiere ser un espacio de conexión entre el barrio de la Marina de Port, Can Clos y la montaña de Montjuïc, sumando 14.400 m² de zonas verdes ajardinadas, enmarcados enmarcados en el Plan Clima.
Se han urbanizado 24.700 m², con 14.400 m² destinados a espacios verdes y áreas de descanso y recreo, con dos zonas principales. Por un lado, un gran espacio con un paseo central y un bosque urbano, que se extiende entre las calles Ferrocarrils Catalans, Diligències y el camino de Can Clos.
Por el otro, una segunda área de 4.600 m², delimitada por las calles Ferrocarrils Catalans, Foneria y Onyar. Además, una nueva área infantil, de 450 m², incluye columpios, juegos giratorios, redes de cuerdas, toboganes y un rocódromo
Además, en el parque se están construyendo cuatro nuevos edificios de viviendas, dos de ellos destinados a vivienda pública protegida.
Actualmente, el vecindario está participando en la elección del nombre del parque a través de un proceso participativo, antes de que pase por la Ponencia de Nomenclátor del Ayuntamiento de Barcelona.
Can Clos, el ejemplo del barraquismo vertical
Tras el barraquismo (en barrios como el Somorrostro) en Barcelona existió otro fenómeno, el del barraquismo vertical. Barrios de edificios construidos con prisa y sin ganas, con malos materiales y pocos servicios (muchas veces sin agua ni luz) que servían para acoger a las corridas a los vecinos de los barrios de barracas que se veían desplazados de sus casas precarias para acabar viviendo en edificios igual de precarios.
Can Clos fue un ejemplo de ello. Las barracas de la Diagonal, un núcleo a la altura del actual Camp Nou, fueron desalojados en 1952 por la llegada del Papa la celebración del Congreso Ecuarístico. Había que evitar que el Papa viera a los barraquistas en la calle.
Se los «escondió» en Can Clos, un barrio improvisado detrás de Montjuic con edificios sin apenas servicios, que durant muchos años apenas tuvo siquiera transporte público que lo conectara con la ciudad. Esto ha ido cambiando con las décadas y la construcción del nuevo parque es un paso más en la recuperación de barrios históricamente olvidados de Barcelona.