
Podrá gustar más o menos, pero el coche privado tiene, definitivamente, cada vez menos espacio en el centro de Barcelona. El gobierno de Ada Colau ha acelerado el ritmo de las grandes obras de urbanismo en los últimos tiempos para llegar a las elecciones del 2023 con un esbozo más claro de la Barcelona que quiere dejar como legado.
La ciudad del futuro para los comunes pasa, sin duda, por unas calles con menos coches y más espacio para los peatones, revirtiendo un desequilibrio histórico: mientras que en una calle estándar el 80% del suelo está dedicada al coche y el resto al peatón, en la Barcelona de hoy el 60% de los desplazamientos internos por la ciudad se hacen a pie, y solo un 15% se hace en coche.
Una de las guindas de este proyecto de ciudad es la reordenación del tráfico en las dos principales arterias que atraviesan el centro de Barcelona: Las Ramblas y la Via Laietana. La reforma que están viviendo estas dos calles son la puntilla para el tráfico rodado en Ciutat Vella. De los seis carriles actuales de bajada entre el Eixample y el mar (tres en Laietana y dos en la Rambla) tras las obras actuales solo quedará uno, compartido con bicicletas, reservando todo el resto del espacio al uso peatonal, a las bicis, el transporte público y los vehículos del barrio.
De seis carriles de bajada a uno solo
La reforma de la Via Laietana empezó en marzo. El objetivo es que, del estado actual, en que la calle tenía un carril de subida y tres de bajada para vehículos particulares, Laietana pase a tener solo uno de bajada, mientras que el de subida se reservará para vecinos, transporte público, servicios de emergencia y clientes de los aparcamientos de la Catedral y Santa Caterina. Cuando acaben todas las obras, este carril de bajada, la continuación de la calle Pau Claris, será la única vía para vehículo privado que atravesará Ciutat Vella.
Por otro lado, la reforma de la Rambla también comportará grandes cambios. Empezará en septiembre, después de las fiestas de la Mercé. La avenida tiene prohibida la subida desde 2007, con un control con cámaras estricto. Actualmente mantiene el descenso para tráfico privado con tramos de dos y de un carril, pero con la reforma se eliminarán.
Por tanto, una vez acabada la reforma, cualquier conductor que no maneje bus o taxi y que no sea residente del barrio o vaya a un aparcamiento, no podrá subir ni por Via Laietana ni por La Rambla, y solo podrá bajar por un vial de Via Laietana, que tendrá la velocidad limitada a 30 porque el carril será compartido con las bicis, cosa que no gusta nada a los ciclistas.
La alternativa son el Paralelo y el Paseo Picasso, las dos calles que rodean Ciutat Vella, y que habrán de absorber todo el tráfico rodado privado que quiera bajar del Eixample hacia el mar.