El litoral de Barcelona cambia constantemente, a veces con edificios nuevos y otras, con la desaparición de edificios emblemáticos. El Boo Club, ese chiringuito con aspecto de barco construido sobre el espigón de Bac de Roda que lleva años abandonado, será finalmente derribado.
El edificio, construido durante los Juegos Olímpicos, nació como un restaurante playero que acogió, entre otros, a la Oca de Mar. A partir del 2011 vivió una de sus épocas más reconocidas como Boo Club (del que era dueño Santi Millán). No obstante, la llegada de la década de los 20 no le sentó nada bien al barco inmóvil de la Mar Bella.
En 2019 la concesión se acababa, y en 2020 el temporal Gloria provocaba unos destrozos muy graves en el local, y aunque reabrió, el verano de ese mismo año un incendio atribuido a un fallo en el aire acondicionado le daba la puntilla al local, que cerraba para siempre.
El edificio lleva cerrado desde entonces, y su carcasa marina, ahora cubierta de graffitis, se ha convertido también, a su manera, en un icono de la ciudad que ahora desaparecerá. El 5 de septiembre empezarán unas obras que servirán para ganar más de 500 m2 de espacio, y que formarán parte de la gran remodelación que vive el paseo marítimo de la ciudad.