¿Alguna vez te has parado a pensar que siempre que celebramos un festivo en un restaurante, las personas que nos cocinan y nos sirven la comida están perdiéndose ese festivo? ¿Cuánto deberían pagarte tus jefes para que te perdieras los festivos navideños y sus comidas en familia? Los restaurantes de Sants sienten que ese tiempo de celebración no tiene precio, así que han tomado una decisión: cerrar todos por Navidad.
«Cerramos porque nos da la gana estar con la familia». explica con la contundencia de su apellido Ramon Punyet, el dueño de la Nova Farga, uno de lo restaurantes de la DO Sants, la asociación de restaurantes que aglutina a locales del barrio y que ha decidido no servir abrir en Navidad, Sant Esteve y Año Nuevo.
No ha sido una iniciativa planificada, sino una suma de decisiones espontáneas. Charlando sobre la campaña de navidad, los restauradores de la DO Sants se dieron cuenta de que ninguno de sus miembros iba a abrir los festivos, algo que habla de cómo están cambiando las cosas en la hostelería.
Después de la pandemia, se busca trabajar menos horas y mejorar la conciliación laboral. «Todos queremos estar con la familia, y hacer venir a los trabajadores en días como estos es una putada para ellos también». En noches como Navidad, el restaurante tiene que subir los precios de los menús para tener beneficio y para que salga a cuenta perderse un festivo en familia.
«Ya estamos poco en casa con el ritmo que llevamos, y en noches como estas, en las que muchas veces el cliente pone las condiciones y trabajas jornadas muy largas porque todo el mundo está celebrando, al final no sale a cuenta». Parece que, poco a poco, en la hostelería deja de ser cierto aquello de que «el cliente siempre tiene la razón».
Por lo tanto, este año, al menos en Sants, por fiestas se cocina en casa o se compran los canelones en la rotisería. Al final, ninguno se libra. Al mismo Ramon le tocará hacer los canelones de rostit en Sant Esteve, que la familia es lo primero para lo bueno y para lo menos bueno, y un cocinero no deja de serlo por mucho que salga de su restaurante.