Si tienes alguna de sus app, ya puedes ir desinstalándolas.
Lo veníamos anunciando en este artículo: a falta de una confirmación oficial, el adiós de Uber y Cabify era palpable ya la semana pasada. Y es que, el decreto ley que ayer aprobó el Govern hace inviable y hasta incoherente la existencia de VTC tal y como la conocemos.
El decreto, que entra en vigor hoy y del que te decíamos las seis claves para entenderlo en este otro artículo, ha sido el empujón definitivo para expulsar de Cataluña a Uber y a Cabify. El punto con el que no pueden lidiar ninguna de las gigantes del VTC es el de la precontratación (es necesario reservar con 15 minutos de antelación, un tipo de reserva que solo ocupa el 1,5% de los servicios que ofrecen).
Y no es que haya sido la gota que ha colmado el vaso. Es que, si nos recreamos en el cliché, se puede lo siguiente: en el vaso caben 30 cl y han caído de golpe 31 cl en forma de precontratación.
Cabify se despedía de la siguiente forma: “La compañía concluye que esta regulación tiene como único objetivo, y por tanto también como consecuencia final, la expulsión directa de la aplicación de Cabify y de sus empresas colaboradoras de Catalunya y Barcelona”.
Mientras que Uber, en términos muy similares, decía que “Más de medio millón de personas nos habéis elegido para moveros por la ciudad. Y miles de conductores han encontrado en Uber una manera de ganarse la vida”.
Ahora, como decíamos, habrá que ver qué impacto tiene este precedente sobre el resto del país, cómo afecta a Barcelona la destrucción de más de 3.000 empleos y si el servicio que puede prestar el taxi es lo suficientemente diligente en las fechas en las que Barcelona está especialmente concurrida (Primavera Sound, Sónar, World Mobile Congress).